Hoy se cumplen 11 años del diagnóstico.
Este aniversario tiene un sabor agridulce en las últimas dos semanas dos amigas me han anunciado que tienen cáncer, una de mama y la otra en las cuerdas vocales.
Me siento feliz pero a la vez me siento triste, ojalá nadie tuviera que pasar por esto.
Aún así sigo celebrando la vida y me siento muy afortunada de poder acompañarlas en el proceso y que sepan que pueden contar conmigo.
¡Feliz vida Thalis! ¡Feliz aniversario!
Diez años, una década.
¡Es increíble cómo pasa el tiempo! ¡Es increíble lo que la vida te puede ofrecer!
Este décimo aniversario, desde que me diagnosticaron la enfermedad, lo celebro de un modo extraordinario, mi vida profesional me ha llevado a ocupar temporalmente un cargo soñado por mí, desde hace un mes soy Coordinadora General de Voluntariado en la Asociación Española Contra el Cáncer AECC.
Me siento muy feliz y muy realizada llevando a cabo esta labor en una entidad como esta. Curiosamente, aunque conozco a la AECC de toda la vida, desconocía los proyectos que lleva a cabo de manera gratuita para pacientes oncológicos y sus familiares, os animo a que hagáis difusión entre vuestras personas conocidas que estén en proceso oncológico para que se acerquen y puedan beneficiarse de los programas para acompañarlas en esta situación.
El balance de esta última década es que he hecho un doctorado de la vida, de quien soy y de cual es mi propósito vital. La vida es un regalo maravilloso que, en ocasiones, nos pone pruebas que debemos sortear y yo solo puedo decir gracias. Como diría Violeta Parra, Gracias a la Vida que me ha dado tanto (y lo que me queda).
Y gracias a mis padres, a mis amistades, a Ramón y a todas esas personas que se han cruzado en mi vida, a las que se fueron, a las que permanecen, a las que están por venir. Gracias.
¡Feliz aniversario!
¡Feliz vida!
Hoy he cumplido 41 años.
Como para todo el mundo que ha cumplido años desde que se decretó el estado de alarma el 14 de marzo de 2020 este cumpleaños ha sido atípico. Pero no por eso menos especial, he recibido multitud de felicitaciones de personas repartidas por el mundo y eso me hace inmensamente feliz.
No hemos podido ir a comer a ningún sitio para celebrarlo, pero la suerte de vivir con un chef es que puedes pedir lo que quieras para comer el día de tu cumpleaños. Así que hemos ido a comprar algunos caprichos culinarios y he podido disfrutar de unos huevos fritos con trufa rallada; una ensalada de brotes con aguacate, tomates y piparras y también de unos higos a la plancha enrollados en cecina ahumada de León.
Por la tarde, en lugar de ir al cine, que era el plan inicial, hemos decidido ir a pasear por los jardines de Montjuic y de esta manera disfrutar de la paz que me da estar rodeada de árboles y plantas.
Así que, aunque ha sido un cumpleaños fuera de lo común, ha sido precioso, amoroso y disfrutando del momento. Ojalá más cumpleaños así.
¡Feliz cumpleaños Thalis!
¡Feliz vida!
Han pasado 9 años desde que me diagnosticaron el tumor y ya hace 3 años que me dieron el alta.
Es curioso porque la semana pasada pensé que se aproximaba este aniversario y ha resultado que hasta hoy no me he acordado…
Así como el año pasado escribía que empezaba una nueva andadura profesional como Responsable de RRHH este año me encuentro en un momento profesional muy distinto, pero no por eso menos emocionante. Espero que dé sus frutos y se pueda materializar el proyecto en el que estoy trabajando porque hará que me sienta más realizada personal y profesionalmente.
Estos últimos tres meses han sido meses de recogimiento y de autoanálisis que, como siempre, han venido y vienen muy bien para situarme dentro de este mundo que va a un ritmo imparable. Han sido unas semanas que me han conectado bastante con aquella Thalis que tuvo que parar en seco y pensar en su bienestar y creo que nos ha pasado a todos en mayor o menor medida.
Por muchas dificultades que viva me siento agradecida de estar aquí, de poder seguir compartiendo experiencias con las personas que quiero y aprender cada día de la aventura de vivir.
¡Feliz aniversario!
¡Feliz vida!
Dicen que para crear un hábito hace falta cumplirlo durante 21 días. Hoy hace 3 semanas que empecé el confinamiento.
La primera semana, confirmado telefónicamente por el 061, tuve la Covid-19. Los síntomas fueron, dolor articular, fiebre, tos, descomposición, pérdida de los sentidos del gusto y el olfato.
La realidad que estamos viviendo me acerca a la que viví de junio de 2011 a noviembre de 2012 cuando me diagnosticaron un tumor y tuve que pasar por un cúmulo de pruebas, tratamientos, visitas médicas, intervenciones quirúrgicas…
La realidad que estamos viviendo me hace recordar un montón de hábitos, emociones, costumbres que tuve que incorporar a mi vida durante muchos meses, como me gustan mucho las listas, ya que me ayudan a ordenar la mente, los voy a detallar en una:
Leo artículos que relatan que la situación excepcional que vivimos va a provocar un cambio de paradigma, me gustaría pensar que en beneficio de todos, priorizando a la naturaleza (que está volviendo a ser la que era antes que viniera la humanidad a destruirla), priorizando a las personas (con conciencia de clase, colaborativa, cooperativa, solidaria), priorizando al colectivo frente al individuo…
No sé, quizás estoy leyendo y pensando mucho y ahora mismo tengo un ideal distópico de como debería ser la sociedad una vez la pandemia llegue a su fin. Que, no será la normalidad, por que nunca hemos vivido en la normalidad si habitábamos un planeta con tanta desigualdad.
¡Feliz confinamiento!
Aprovechémoslo.
Creo que toda la vida he sido “vieja” quizás vieja no, pero si mayor, demasiado seria, demasiado responsable, demasiado consecuente, demasiado adulta cuando no tocaba.
Y hace casi 5 años que recibí un regalo de reyes llamado Ramón, que ha invitado a que la niña que estaba escondida, tapada por todos esos demasiados, saliera a jugar, a bailar, a cantar, a reírse a carcajada limpia… y hablo literalmente, todo eso ocurre a diario compartiendo la vida con él.
Así que con 40 años puedo afirmar que ahora soy más niña que nunca, disfrutona de la vida por que casi se me escapa de las manos hace 8 años; adoradora de pasar tiempo con los que quiero y me quieren porque son el mayor tesoro que albergo; soñadora de las miles de cosas que me falta por hacer en esta vida y que haré por que aún me faltan por vivir 60 años más (abuelo, sigo tu estela); deseosa de seguir cambiando el mundo; vividora por que la vida está para vivirla y no convertirse en una mera espectadora de lo que pasa a tu alrededor.
Me siento agradecida de poder cumplir años y de seguir aquí, estoy deseando vivir los próximos 10 años y alcanzar el medio siglo.
¡Feliz cumpleaños Thalis!
¡Feliz vida!
Este octavo aniversario ha traído consigo un regalo maravilloso, mi vida profesional cambiará dentro de una semana con la oportunidad de desarrollar mis capacidades y experiencia como Responsable de RRHH en una nueva empresa.
Es algo totalmente inesperado que me aterra e ilusiona a partes iguales y espero cumplir las expectativas y poder dar lo mejor de mí.
Los últimos 8 años trajeron muchos cambios profesionales, probablemente promovidos por el cisma que fue el diagnóstico de la enfermedad, los tratamientos, las intervenciones quirúrgicas, las hospitalizaciones, etc.
Ahora comienza una nueva etapa, donde recogeré lo sembrado durante tanto tiempo.
¡Feliz cosecha!
¡Feliz vida!
El año pasado no me propuse nada en especial, pero al echar la vista atrás me he dado cuenta de que he alcanzado metas que creí muy lejanas:
Sí, puede sonar raro que el 4 de enero escriba los buenos propósitos que me planteo para este año que acaba de comenzar, pero como ser más flexible es uno de ellos pues hoy día 4 es tan buen día como otro cualquiera, veamos:
Sin olvidar que el propósito más importante para mi vida es ser feliz y hacer felices a las personas de mi entorno.
¡Feliz 2019!
¡Feliz Vida!
7 años.
Cumplir años es algo que me encanta, desde niña, me gusta celebrar que pasan los años y sigo aprendiendo, compartiendo y creciendo.
Este aniversario, el del 14 de junio, me hace inmensamente feliz siempre porque significa que sigo aquí y porque significa que tener salud es el regalo más maravilloso que podemos recibir.
En estos 7 años han pasado cientos de cosas a mi alrededor, personas que estuvieron ya no están, personas que no estaban entonces ahora están y… ¡Menos mal que están! A todas ellas gracias, por haber estado, por no estar ya y por seguir estando.
Una de las lecciones más valiosas que extraje de mi enfermedad fue el de ser agradecida, con una misma, con la vida y con todo aquel que me rodea. A veces cuesta, pero lo sigo intentando cada día.
Gracias.
Feliz aniversario. Feliz vida.
Está noche tomaré rumbo a Argentina, hace 21 años que no voy.
Mi padre tenía este viaje planeado hace meses y cuando me lo comentó le dije que sería genial poder ir con él, su entusiasmo ante la idea de un viaje juntos a su tierra natal fue tal que me compré un billete y allá vamos.
Cuando fui era menor de edad y solo tenía una nacionalidad, ahora voy con más del doble de la edad que tenía entonces y teniendo dos nacionalidades, una de ellas la del suelo que pisaré mañana.
Sé que los ojos con los que observaré lo que me rodeará en este viaje tendrán otra mirada, otro modo de asimilar los contrastes, otro ritmo, otro pensamiento. La adolescente que pisó esa ciudad sigue conmigo pero ha crecido y será una experiencia muy gratificante volver a pasear por esas calles y sentirlas de nuevo.
¡Feliz vida! ¡Feliz viaje!
He estado pensando diversas formas de cómo empezar esta entrada en el blog y ninguna me parecía válida, hay un pensamiento que lleva rondándome semanas y es: menos mal que ya no doy clase a opositores donde les explicaba la Constitución Española y el Estatut d’Autonomia de Catalunya. Porque lo cierto es que me harían tantas preguntas sobre la situación que estamos viviendo en Cataluña que llegaría un momento en que me explotaría el cerebro en clase.
A decir verdad, el cerebro me va explotando a diario con el bombardeo mediático que estamos sufriendo, con todas las decisiones y no decisiones que toman y no toman los políticos, los que creemos que nos representan y los que pensamos que no nos representan.
Ahora mismo el desconcierto es tal que el viernes el Parlament de Catalunya proclamó la República Catalana pero no figura en el D.O.G.C. (Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya) dicha proclamación. Sin embargo, el Senado Español activó la aplicación del artículo 155 de la Constitución y le faltó tiempo para publicarlo en el B.O.E. (Boletín Oficial del Estado), aquellos que conozcan los mecanismos legales sabrán que cada decisión tomada en un parlamento autonómico o en las Cortes Generales (Congreso y Senado) debe ser publicada en los diarios oficiales. Y esa no publicación del nuevo estado catalán hace creer que no ha sido efectivo, que es más un acto simbólico que uno institucional.
Entonces empiezan a brotar 2537 ideas en mi cabeza y pienso en las personas que votaron Sí con una clara convicción y el sentimiento de estafa que tienen algunas, también pienso en los que no votaron y esperan que haya un referéndum vinculante, algo que sería formidable, pero entonces pienso: si la situación que se está viviendo en el último mes en Cataluña ha sido para forzar un referéndum con la aceptación del gobierno central y el autonómico que me perdonen pero menuda porquería de hoja de ruta que han desarrollado los partidarios de la independencia, porque el desgaste emocional, físico y económico es descomunal.
Así que aquí seguimos, en mi opinión, con más desasosiego que hace un mes, con menos confianza y quizás con más miedo, no sé si acabaré dedicándome a la política, pero no me gustaría que esta situación fuera la que me empujara a ello.
Hoy, en Cataluña, la Comunidad Autónoma donde resido se celebra un Referéndum por la Independencia.
No soy historiadora así como tampoco soy analista política, pero si soy ciudadana, si soy una persona con sentido crítico y sobre todo soy alguien que considera que el diálogo y la vía pacífica son los medios para conseguir cambios.
Cualquiera de los que estéis leyendo este escrito podréis haber visto o leído en cualquier medio de comunicación la cargas policiales que se están llevando a cabo en diversos centros electorales: como arrastran por los pelos, zarandean, empujan escaleras abajo y un largo etcétera a ciudadanos que simplemente están introduciendo en una urna un papel donde responden a una simple pregunta:
No voy a entrar en los pormenores de cómo se ha llegado hasta aquí, porque eso daría para un blog escrito exclusivamente sobre eso, lo que si me gustaría recalcar es la lamentable imagen que se está dando a la comunidad internacional cuando desde cualquier red social, medio de comunicación o aplicación de mensajería instantánea se pueden ver y compartir imágenes y vídeos de como la Policía Nacional y la Guardia Civil desplazada a Cataluña está intentado impedir que los ciudadanos de Cataluña ejerzan dos derechos fundamentales: el de expresión y el de voto. Recapitulemos por un momento porque hay mucho “analista” al cual se le llena la boca con lo que dice la Constitución Española, pero quizás jamás la haya leído:
Título 1: De los derechos y deberes fundamentales.
Libertad de expresión
Artículo 20. 1. Se reconocen y protegen los derechos: a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. (…) 2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
Derecho de participación
Artículo 23. 1. Los ciudadanos tienen el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal. 2. Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con los requisitos que señalen las leyes.
Y también cabe recordar el artículo 155 de la C.E.:
Que cada uno saque sus propias conclusiones de lo que estos artículos están expresando, soy consciente que muchas personas, como ocurre infinidad de veces, interpretarán estos tres artículos de modo que comulguen con sus creencias y pensamientos. Cuando estudié la Constitución me repitieron hasta la saciedad que los artículos que van del 10 al 29 son fundamentales e irrevocables para los ciudadanos. Cada uno interpretará las leyes como mejor le convenga, lo que está claro es que las imágenes de violencia solamente servirán para que los indecisos opten por el Sí, los que no tenían pensamiento de votar en el Referéndum lo hagan y la comunidad internacional condene los hechos y se posicione.
El mundo cada día parece más loco, la verdad.
Vamos a reírnos un rato porque, qué sería la vida sin un poco de humor.
Mi pareja y yo, por fin, hemos logrado cuadrar nuestras agendas y después de un tiempo juntos tenemos planificado un viaje para visitar las ruinas mayas. Viaje que, creo recordar, deseo hacer desde que tenía 10 años aproximadamente.
La cuestión es que, como muchos de vosotros habréis podido ver debido a los últimos acontecimientos meteorológicos, puede que esta estancia parezca más una película de Bayona que unas tranquilas vacaciones en tierras mexicanas, recapitulemos:
Y muchos pensaréis, pero a ver muchacha ya se sabe que esta es la época de tormentas tropicales y demás, pues sí, pero parece ser que me gusta vivir al límite.
Así que ya veremos cómo sale todo y si en algún momento del viaje podemos ver el sol en esa preciosa tierra.
Nota: Ha habido decenas de muertos, heridos y muchos desplazados debido a estas catástrofes naturales no pretendo hacer mofa de tal situación, sólo uso el sarcasmo y la ironía para reírme de mi misma.
Hoy, he ido al médico. 30 minutos esperando, 3 minutos en la consulta.
Las pruebas que me hicieron hace casi un mes han salido perfectas, todo está en orden, no hay pólipos y tampoco nada extraño.
Cuando el médico ha dicho esas palabras a continuación me ha mirado, ha sonreído y ha dicho: Thalis, estás curada. Y ha sido como si en esa habitación acabase de salir el sol y la niña que llevo dentro ha empezado a dar saltos de alegría.
Después el médico me ha preguntado cuando quería que nos volviéramos a ver y yo le he respondido: lo que establezca el protocolo, soy muy de seguir los protocolos. Entonces me ha comentado que el protocolo establece que en cinco años debería visitarme, pero que prefiere que sea dentro de tres.
Al salir del hospital me ha llegado un correo electrónico donde me citaban para junio de 2020. Hasta entonces, no tengo que volver al Hospital Clínico.
¡Empieza una nueva etapa!
¡Salud para todos y Feliz Vida!
6 años han pasado desde que un médico, que acababa de conocer, me diagnosticó un cáncer.
Dentro de 2 días me someterán a una serie de pruebas de control y lo cierto es que intento vivir el día a día y no pensar más allá. Es curioso pero, es la primera vez que tengo que escribir sobre otro año superado y no se me ocurre qué explicar. Me siento agradecida de seguir en este mundo, gozar de buena salud y estar rodeada de gente que quiero y me quiere. Creo que las cosas más sencillas de la vida son las que más me satisfacen, que el sol acaricie mi rostro, disfrutar de un puñado de aceitunas, sentirme sana, leer, pasear, vivir.
La vida es mejor si la disfrutamos sencillamente, ves detalles que a otros les pasan desapercibidos.
¡Viva la Vida!
Un año ha pasado ya desde que participé en el primer censo de personas sin hogar organizado por Arrels Fundació y que relaté en SINHOGARISMO.
Este año me he animado a participar de nuevo y he vuelto a aprender muchas cosas, de las personas y de la vida en general. La noche del 17 de mayo, en la ciudad de Barcelona, la Xarxa d’Atenció per a Persones Sense Llar volvió a coordinar un recuento. La cifra es más alarmante que la del año pasado: el recuento de este 2017 visualiza 1.026 personas durmiendo en la calle y 1.954 alojadas en equipamientos. Eso son más de 3000 personas viviendo en situaciones muy críticas. Del año pasado a este el número de personas que duerme en la calle ha aumentado en 85 más…
Las cifras nos dan una información pero no nos hablan de las personas en si, son números que sirven para cuantificar una problemática. Entonces ¿cómo son las personas? Las que duermen en la calle y las que participan en voluntariados como este. La noche del martes al miércoles compartí unas horas con otros voluntarios que no conocía y peinamos una zona de Poble Sec, el barrio en el que vivo. Cuando vi el mapa que nos entregaron supe que íbamos a encontrar a varias personas porque una de las zonas designadas fueron los alrededores del antiguo Palacio de los Deportes de Barcelona, también llamado «Barcelona Teatre Musical». Allí pueden cobijarse y dormir un poco más seguros que a la intemperie.
Encontramos a un hombre y le preguntamos si podíamos hacerle algunas preguntas, accedió de buena gana, era muy educado, hablaba catalán (detalle que a las dos voluntarias con las que iba les llamó mucho la atención), tenía un discurso coherente y claro. Nos contó que era diabético y que su mayor problema no era no tener la insulina, que sí la tenía, lo problemático era poder llevar una dieta sana y correcta, como le corresponde a cualquier persona y más si padece una enfermedad como esa ya que hay que controlar la alimentación.
Le agradecimos la atención y nos marchamos, entonces después de cumplimentar los últimos datos de la encuesta comentamos, las tres voluntarias que habíamos participado en ella, los datos recogidos. Y me llamó la atención que gente de más de 50 años siga teniendo ideas preconcebidas como las que se recogieron en #ContraLaPobreza. Me comentaron que les llamaba la atención que hablase catalán, que fuera tan correcto y que estuviese en esa situación… Yo les dije que eso eran prejuicios que cualquiera puede acabar en esa situación, haya sido profesor de universidad, empresaria, artista… lo que sea. Y que a veces no se tiene una red familiar o de amistad que te permita no acabar de ese modo.
No me gusta que siga habiendo personas viviendo en la calle pero sí me gustó que muchos voluntarios que quizás tenían una idea sobre lo que era el sinhogarismo pudieran disipar esos prejuicios y ver a personas como ellos, a iguales, que sobreviven en situaciones muy precarias, pero personas a fin de cuentas.
Hoy, 4 de febrero, es el Día Mundial del Cáncer. Cada día es un día Mundial, el día de hoy tiene mucho peso en nuestra sociedad ya que una de cada tres personas padecerá cáncer, eso dicen las estadísticas.
Se sigue investigando al respecto, se sigue concienciando a la sociedad que no es un estigma, que no es tabú, que no debe temerse a esta enfermedad… Sinceramente, sigue habiendo mucha gente que oye la palabra tumor y se queda estupefacta, en un estado de aturdimiento donde no saben que decir. He podido ver en sus ojos el pavor y las ganas de no estar allí en ese preciso instante.
Sin ir más lejos ayer, charlando con unos compañeros de trabajo sobre alimentación yo comenté que había estado enferma del aparato digestivo y que, por recomendación médica, había retirado de mi dieta el gluten y los lácteos. Entonces una compañera me miró y me preguntó qué había tenido. En cuanto respondí que padecí un tumor se hizo el silencio y nadie supo que decir. Y, una vez más, me tocó tranquilizar a las personas con las que hablaba.
Así que, yo creo que una de las mayores misiones que la sociedad debe tener en referencia al cáncer, aparte de recibir fondos para la investigación puesto que es primordial, es normalizar la enfermedad. Como ya he escrito en infinidad de ocasiones es duro padecerla pero para superarla hace falta sentirse integrado y no ver el miedo y la compasión en las miradas ajenas.
Feliz día, feliz vida.
La semana pasada tuve una gran conversación con una amiga sobre la amistad. No hablábamos de nuestra amistad sino de la amistad en general. Es un tema recurrente porque siempre he pensado que tu círculo de amistades es la familia que tú creas, de manera libre, sin ningún tipo de imposición sanguínea o matrimonial.
En la vida se cruzan en nuestro camino infinidad de personas y, de éstas, algunas permanecen para siempre, otras de manera temporal y otras pasan fugazmente. Tiene que haber implicación por ambas partes para que se mantenga esa amistad, para que se forje y perdure. Irremediablemente el ser humano cambia, evoluciona y a veces lo que aportábamos a esa persona o lo que ella nos aportaba a nosotros desaparece, se diluye, cambia y ya no podemos caminar por la misma senda. Aceptar eso es un acto de madurez.
Con algunas personas lucharemos más que con otras para que sigamos estando presentes, pero hay que aceptar que no todas las personas permanecen el tiempo que nos gustaría y me atrevo a decir que una misma no siempre permanece el tiempo que el otro requiere en su vida. Lo concibo como un proceso natural. Esa frase tan manida que se usa cuando, en una pareja, uno le dice al otro no eres tú, soy yo, pues es eso, no se trata de nada en particular, ya no nos aportamos lo que antaño nos aportábamos y por eso la relación de amistad ya no es como antes. Y forzar eso me parece una pérdida de tiempo, de energía y de amor propio.
Aceptemos las cosas con la naturalidad que requiere, aceptemos los tiempos de cada uno, el pesar acaba marchándose y al final recordamos momentos muy bellos de esas amistades.
¡Viva la amistad!
Ayer por la tarde tuve voluntariado y coincidí con mi amigo Carlos, ambos somos voluntarios en la misma fundación y nos hicimos amigos a raíz de compartir el mismo caso de voluntariado.
Carlos es una de esas personas valientes que un buen día, teniendo un trabajo estable como directivo, con un buen salario, con el reconocimiento que correspondía a la empresa en la cual trabajaba, decidió colgar la corbata.
Conozco todo el proceso, que ahora no viene al caso explicar, pero puedo afirmar con seguridad que Carlos hizo lo que necesitaba hacer. Está adaptándose al nuevo paradigma que es dirigir su propia vida y lo está haciendo muy bien, haciendo un trabajo que le realiza, le completa y le permite viajar.
El caso es que Carlos, por deformación profesional, siempre que nos vemos me hace una sesión de terapia/coaching/mentoring y plantar la semilla que añado yo. Siempre hace que me replantee algo que suelo tener dormido en alguno de mis lóbulos frontales del cerebro y que de tanto en cuando salen conmigo a solas y, cuando nos vemos Carlos y yo, salen siempre. Porque él llama a esa puerta, siempre.
¿Y qué es eso? pues nada más y nada menos si estoy haciendo de mis pasiones mi modus vivendi. De si soy una persona destinada a estar en un despacho trabajando. Siempre he pensado que porque se te dé bien algo, que sea fácil, que sea cómodo para ti no tiene por qué ser tu medio de subsistencia. Y en esas estamos una vez más. Pensaréis, qué pesadita esta muchacha siempre con la misma historia de buscarse a si misma, de encontrar sentido a su existencia, a lo que se dedica, a lo que le importa realmente. Pues sí, culpable. Culpable de no conformarme. Culpable de querer ser feliz. Culpable de ser una inconformista. Culpable de querer hacer del mundo un lugar mejor y para eso tener la imperiosa necesidad de estar bien.
Todo este planteamiento me recuerda un artículo que leí no hace mucho sobre los Millenials. Destaco que no me gustan las etiquetas, de ningún tipo, y que aunque yo nací en 1979 se me consideraría de esa generación.
Esa generación destaca por:
Esos cinco requisitos los cumplo a rajatabla y el que destaco por encima de todo es el último, el conformismo. Porque lo establecido no siempre es la mejor opción, poseer una casa, procrear, permanecer toda la vida en la misma empresa (hecho harto imposible con los tiempos que corren).
Soy consciente que cambié de trabajo hace poco y eso no quiere decir que crea que me haya equivocado, en absoluto. Todos los cambios son procesos que suman a mi persona.
Seguiremos sumando cambios que nos ayuden a progresar. Ese es el mejor regalo.
Gracias Carlos por seguir regando esa semilla que tarde o temprano acabará por florecer.
Noviembre siempre había sido para mí el mes del cumpleaños de mi padre. Hace 5 años cobró más protagonismo debido a esto 21.
Cuando echo la vista atrás y recuerdo ese momento me embargan las mismas sensaciones de aquel y posteriores días. Ha pasado un lustro y, en ocasiones, parece que hayan pasado un millón de años, otras veces parece que fue ayer.
Afortunadamente este aniversario tiene como regalo el alta médica definitiva. Hoy 22 de noviembre el médico que me dio el diagnóstico ha dicho textualmente: te damos el alta médica del cáncer. Lógicamente seguiré teniendo que pasar controles puntuales, pero se han terminado las revisiones y pruebas semestrales.
Me siento feliz, aunque también soy consciente que debo enfrentarme a una situación nueva. Sólo deseo seguir gozando de buena salud y poder seguir disfrutando de mi familia, de mis amigos, del sol brillando en mi cara, del mar bañando mis pies, del viento moviendo mis rizos. De amar. De vivir.
¡Feliz vida!
Mañana cumpliré 15 meses en mi actual empresa. Mañana es mi último día.
Siempre digo que la vida te pone en situaciones que te generan dilemas y tomar decisiones. Nunca tienes la certeza absoluta, porque no existe, de si estás haciendo lo correcto con la decisión tomada, pero cuando esas dudas te acechan tienes el conveniente deber de preguntarte qué quieres y qué necesitas tú. Y eso es lo que he hecho.
He decidido salir de mi zona de confort. He decidido cambiar de trabajo, un trabajo que se me da bien, que no comporta un estrés constante, en una empresa en la que estaba a gusto y donde se me tenía bien considerada. Pero no era suficiente, para mí no. Tener calidad de vida ha hecho oscilar la balanza hacia el otro lado.
Cuando evalúo estos meses y veo que la sensación que tenía cada semana era que lo único que hacía era trabajar me entristece. Y no lo quiero, el trabajo ocupa la tercera parte de nuestro día a día, generalmente, pues para poder seguir enfrentándome a ello necesito poder hacer otras cosas y eso es lo que elijo. Arriesgo cambiando de trabajo para poder sentirme plenamente satisfecha fuera del trabajo. Puede sonar contradictorio pero no lo es.
¡Es la hora de las valientes!
Lamento comunicar que Alessandra no ha podido con la batalla que estaba lidiando, son unos momentos muy duros para sus familiares y amigos.
Gracias a todos los que participasteis en esta entrada colaborativa, ella lo agradeció mucho y se sorprendió que absolutos desconocidos le enviasen mensajes llenos de amor y ánimo.
Gracias por haber formado parte de este ejército y por dedicarle un rato a una adolescente que luchaba por seguir viviendo.
Un beso Alessandra, descansa al fin.
Ayer mi padre me envió un documento que su prima Ana Margarita, de Buenos Aires, había traducido sobre los orígenes de mi familia paterna y que su padre, mi tío abuelo, le había relatado. La historia es la siguiente:
Alrededor del año 1600 la familia Mirakian vivía en Karabaj con todos sus bienes.
En 1826 se produce una guerra entre persas y rusos. Para esa fecha habían quedado de la familia Mirakian solo 4 hermanos con sus respectivas familias que vivían en las propiedades dejadas por sus padres. Ante la guerra deciden dividir la herencia y marcharse cada uno de ellos a distintos lugares. Sus nombres eran: Hamo, Bedo, Marukê y el nombre del cuarto no se recuerda. Hamo se traslada a Persia. Bedo a Georgia. Marukê se queda en Asia Menor pero se establece en Ödemis, un pueblo cercano a Esmirna. El cuarto hermano cuyo nombre no se recuerda se afinca en Cilicia.
Marukê en 1829, se afinca con su esposa e hijos en Ödemis. Sus hijos eran Esteban de 10 años y Hagop de 7 años que nacieron en Karabaj. Al poco tiempo de afincarse en Ödemis el matrimonio muere y los niños quedan huérfanos. El padre les dejó una herencia considerable. Un vecino de la familia el Sr. Silimian, funcionario administrativo del gobierno turco, y que se ocupaba de todo los asuntos de los armenios, adopta a los hermanos. Al cabo de unos años el Sr. Silimian casa a su hija Pirapión con Esteban.
Esteban y Pirapión tuvieron 4 hijos, todos nacidos en Ödemis:
Mirak, mi bisabuelo, recibió su primera educación en la escuela protestante de dicha ciudad. Luego se dedicó al oficio de zapatero, fue una persona muy querida por su honestidad y dedicación. Contrajo matrimonio en 1905 con Anitza Dikranian. Tuvieron dos hijos: Smpat (1906) y Souren (1909). Los dos nacieron en Ödemis.
Hasta 1918 permanecen en esa ciudad, cuando el ejército griego ocupa Ödemis y sus alrededores, en 1919, se trasladan a Esmirna. Se afincan allí y comienzan a trabajar y prosperar económicamente. Esta vida próspera que había comenzado a florecer dura sólo tres años. Los turcos comienzan a perseguir a armenios y griegos e incendian Esmirna el 13/09/1922.
Mi bisabuela con sus dos hijos, mi tío abuelo y mi abuelo, huyen en un barco francés hasta Atenas, primero pasan por Creta luego llegan a El Pireo y finalmente se afincan en un campo de refugiados que los griegos han establecido para los armenios. Mi bisabuelo, que había caído prisionero de los turcos pudo reunirse con su familia 20 meses después. Cuando escaparon de Esmirna tuvieron que dejar allí todas sus pertenencias.
Como Grecia era un país pobre decidieron viajar a Buenos Aires puesto que era un país más próspero y había mayores facilidades para los inmigrantes. Primero llegó Smpat el 22/9/1927 pasando primero por Marsella y un año más tarde se reunieron con él Mirak, Anitza y Souren.
Mirak falleció el 21/9/1948 en Buenos Aires.
Anitza falleció el 6/1/1960 en Buenos Aires.
Smpat falleció el 16/4/1998 en Buenos Aires.
Souren falleció el 10/8/2010 a los 101 años en Barcelona.
¿Por qué escribo esto? sencillamente porque llevamos meses escuchando como llegan refugiados a las costas griegas día sí y día también. Porque si los griegos hace 94 años no hubieran dado cobijo a mi abuelo, a sus padres y a su hermano yo no estaría aquí. Porque un siglo más tarde, con muchos más medios y en la era de la globalización, los Estados no están coordinándose ni colaborando por cumplir lo que dictaminan los Derechos Humanos. Porque la Humanidad se deshumaniza, porque no respetamos al otro y no somos capaces de comprender el calvario por el que están pasando estas personas. Porque son personas, iban a la escuela, tenían sus trabajos, planificaban vacaciones, dormían tranquilos y podían soñar. Soñar, eso que hacemos despiertos unas 300 veces al día, eso que hacemos cada noche en nuestra cómoda cama bajo un techo conocido.
No sé, es primero de septiembre, para algunas personas el año comienza el uno de enero, pero para muchos otros empieza hoy, tenemos por delante muchos meses donde retomamos rutinas, responsabilidades, retos, sueños… es una época donde reflexiono más de lo habitual (si es que alguna vez dejo de hacerlo) y me remueve la conciencia pensar en el estado de desamparo de los refugiados. Y me remueve la conciencia pensar en el estado de desamparo de las personas que duermen y viven en la calle. Y me remueve la conciencia pensar que se avecinan terceras elecciones en este país. Que habremos estado un año sin gobierno, un despropósito histórico. Que el país no puede permitirse otras elecciones pero aun así se repetirán y probablemente con los mismos protagonistas. Y que el resultado será semejante al de las dos anteriores votaciones.
No sé, las cosas deberían ser más simples, con menos egos, con más respeto, con más igualdad, pensando más en el prójimo y en el bien común.
No sé, parece que no sé nada.
Cuando éramos niños mi hermano venía cada dos por tres de la calle con algún animal herido que se había encontrado. Cuando no era una cría de murciélago con el ala herida era un sapo, sino un ave… lo que fuera. Fue el predecesor de “Frank de la jungla”.
Este fin de semana me he acordado mucho de él y de todos los animales que traía a casa. Y he constatado que me he ido a enamorar de alguien que tiene la misma bonita costumbre que mi hermano, que no es otra que la de auxiliar a cualquier animal que así lo necesite.
El sábado por la mañana estábamos en casa cuando Ramón, mi pareja, oyó a un ave piar en nuestro patio y me dijo “tenemos visita”. Resulta que era una cría de vencejo. Debía tener un par de días, como mucho, porque seguía teniendo los ojos entelados, así que no veía nada. Si lo poníamos en el suelo parecía Charlot, tal y como lo bautizó mi madre cuando le envié un vídeo. En mi familia somos muy dados a usar recursos cinematográficos para referirnos a las cosas cotidianas de la vida.
El caso es que estuvimos cuidando del vencejo hasta ayer. Puede que a muchos os parezca una absoluta tontería, porque han sido cuatro días solamente, pero nos encariñamos del pájaro. Era bonito, tierno, cuando tenía hambre piaba como un loco, le gustaba apoyarse en los dedos, fue curioso porque se sentía seguro en nuestras manos y si le hablabas se calmaba. Afortunadamente teníamos cajas en casa y le hicimos una especie de cuna-cerca, de todos modos, aún no sabía volar, así que no había peligro ninguno cuando lo dejábamos solo para ir a trabajar.
El lunes busqué qué hacer si te encontrabas un pájaro de estas características y en toda Cataluña los agentes rurales tienen un dispositivo para recogerlos y retornarlos a su entorno cuando están recuperados y/o preparados. En el caso de Barcelona hay cuatro centros veterinarios donde puedes llevarlos y los agentes rurales pasan diariamente a recogerlos. Ayer lo llevé a uno de estos centros veterinarios y un hombre que había llevado a su perro me dijo que él ya había llevado dos pájaros, que cada día alguien lleva alguno.
Para que veáis lo pequeño que era:
Estamos seguros que volveremos a encontrarnos con más vencejos en nuestro patio, mientras tanto voy canturreando esta canción de Manel donde nombran a los vencejos (falciots): La canço del soldadet
¡Feliz vida!
¡Feliz vuelo!
Hemisferio Izquierdo 