Hemisferio Izquierdo

Cuando la mente no para de pensar…

Mes: May, 2013

LA MAGIA DE LO COTIDIANO

Hay momentos, en la vida, donde aparentemente no ocurre nada especial. Parece que todo está en calma y que necesitamos una especie de señal divina que nos “ilumine” para hacernos creer que estamos vivos. Que nuestra vida tiene sentido y un propósito.

Ridículo, el ser humano es ridículo, yo soy ridícula. ¿No tengo suficiente con el hecho de sentirme viva cada día, qué más prueba necesito que eso?

Siempre esperamos algo mágico como si el día a día, la gente que te rodea y la salida del sol no fueran suficientemente mágicos. Escribo este post mientras voy en el vuelo de regreso desde Málaga, desde la ventanilla veo la puesta de sol, es sencilla, es cotidiana y es mágica.

Este fin de semana, como decía antes, he volado hasta Málaga para visitar a una amiga que quiero mucho, Triana. Nos conocimos durante un proyecto de voluntariado en Ecuador y se forjó una amistad que valoro mucho, que es un tesoro para mí, que es mágica.

La finalidad del viaje, a parte de visitarla a ella, era conocer a sus alumnos. Triana es maestra de primaria en una escuela de Torremolinos, en concreto de la clase 2º B. Conocer a estos niños me ha demostrado la labor tan extraordinaria que hacen los maestros, los que tienen ganas de enseñar a sus alumnos y de aprender de sus alumnos y el lunes durante 5 horas vi que Triana lo sabe hacer muy bien, enseña y aprende. Hace magia con ellos y ellos hacen magia con su “seño”.

Hace un mes, aproximadamente, decidió explicarles a sus alumnos como se escribe una postal. Y me usó a mí de ejemplo puesto que es algo que hago con asiduidad, escribir y enviar postales a la gente que quiero. Sus alumnos me mandaron una postal a mi casa y yo les respondí. La ilusión de abrir el buzón y ver una postal de Torremolinos fue descomunal.

Hemos establecido una relación epistolar fugaz, puesto que el próximo curso Triana dejará de ser su tutora. Y aunque el acto de escribir y enviar postales es común y corriente se ha convertido en algo mágico.

LA VIDA PARECE UN JUEGO DE NIÑOS

No sé si a vosotros os ocurría cuando eráis pequeños, cuando yo era una niña quería ser mayor para cuando hablase poder gesticular con las manos, porque se lo veía hacer a mis padres y a sus amigos y me parecía algo “muy de mayores”. Y lo cierto es que soy muy vehemente hablando y gesticulo, gesticulo mucho. Cuando era adolescente quería ser mayor porque no me gustaba mi vida en esa época y pensaba que siendo adulta no iba a sufrir y que no me iba a ocurrir nada malo. ¡Ya te vale Thalis!

Echo la vista atrás y miro mi vida pasada, como si me encontrase en una talaya, luego “miro” la vida de la gente de mi entorno: hermano, familia en general y amistades. Desde hace unos años, me fascina ver que mi hermano cumple 30, 31 o 32 años como ocurre este año. Recuerdo cuando era un renacuajo revoltoso y nos peleábamos constantemente y me parece que no somos las mismas personas. Resulta muy curioso cuando ves a algunos de tus amigos del colegio siendo padres, anteponiendo las necesidades de sus hijos a las suyas propias. Despojándose de muchas de las frivolidades que rodeaban sus vidas. Me resulta curioso y maravilloso.

Pero también pienso, infinidad de veces, ¿esto es ser adulto?, ¿ya está?, ¿no hay nada más?…. Después de todo lo vivido, de todo lo bueno, de todo lo complicado, pienso que la vida parece un juego de niños.

Y aunque muchas veces pierda alguna partida, me gusta mucho este juego, me gustan muchos de sus participantes y espero jugar durante mucho tiempo.

EL DEPORTE NACIONAL

Hoy sábado 4 de mayo, parecía que salíamos de la tormenta en la que Barcelona llevaba sumida desde hacía 4 días. Ha brillado un maravilloso e intenso sol sobre el cielo, pero a media tarde ha decidido nublarse y volver a llover.

Estas inclemencias del tiempo, tan comunes en primavera, van ligadas al estado de ánimo de cada uno de nosotros. Te puedes levantar un día cualquiera y pensar: “menudo asco, no tengo un trabajo al que ir”, “menudo asco, otro día más le tengo que ver la cara al desgraciado de mi jefe”, “menudo asco, otro día más tengo que ir a un comedor social porque desde que perdí mi trabajo, mi casa y a mi familia no tengo a donde ir ni a nadie a quien acudir”.

Son tres opciones muy distintas entre sí y, cierto es que cada una, dentro de su realidad, pueden ser una porquería. Pero de poder elegir, ¿con cual os quedaríais? Todos conocemos la respuesta. No pretendo hacer demagogia ni nada semejante, pero la verdad es que nuestra sociedad está acomodada en un estado de queja constante. Y en este país el deporte nacional es la queja y la crítica indiscriminada. Somos unos campeones en eso.

Sé que vivimos una situación muy, muy complicada, que la crisis nos está amargando la existencia y más los grandes gestores que intentan solucionarla (perdonad que me ría). Pero acomodarnos en este estado de desasosiego, queja, conformismo y aceptación no va a servir de nada.

Más acción y menos contemplación, que para eso ya están los políticos.