JUGANDO A LA ORNITOLOGÍA

por Hemisferio Izquierdo

Cuando éramos niños mi hermano venía cada dos por tres de la calle con algún animal herido que se había encontrado. Cuando no era una cría de murciélago con el ala herida era un sapo, sino un ave… lo que fuera. Fue el predecesor de “Frank de la jungla”.

Este fin de semana me he acordado mucho de él y de todos los animales que traía a casa. Y he constatado que me he ido a enamorar de alguien que tiene la misma bonita costumbre que mi hermano, que no es otra que la de auxiliar a cualquier animal que así lo necesite.

El sábado por la mañana estábamos en casa cuando Ramón, mi pareja, oyó a un ave piar en nuestro patio y me dijo “tenemos visita”. Resulta que era una cría de vencejo. Debía tener un par de días, como mucho, porque seguía teniendo los ojos entelados, así que no veía nada. Si lo poníamos en el suelo parecía Charlot, tal y como lo bautizó mi madre cuando le envié un vídeo. En mi familia somos muy dados a usar recursos cinematográficos para referirnos a las cosas cotidianas de la vida.

El caso es que estuvimos cuidando del vencejo hasta ayer. Puede que a muchos os parezca una absoluta tontería, porque han sido cuatro días solamente, pero nos encariñamos del pájaro. Era bonito, tierno, cuando tenía hambre piaba como un loco, le gustaba apoyarse en los dedos, fue curioso porque se sentía seguro en nuestras manos y si le hablabas se calmaba. Afortunadamente teníamos cajas en casa y le hicimos una especie de cuna-cerca, de todos modos, aún no sabía volar, así que no había peligro ninguno cuando lo dejábamos solo para ir a trabajar.

El lunes busqué qué hacer si te encontrabas un pájaro de estas características y en toda Cataluña los agentes rurales tienen un dispositivo para recogerlos y retornarlos a su entorno cuando están recuperados y/o preparados. En el caso de Barcelona hay cuatro centros veterinarios donde puedes llevarlos y los agentes rurales pasan diariamente a recogerlos. Ayer lo llevé a uno de estos centros veterinarios y un hombre que había llevado a su perro me dijo que él ya había llevado dos pájaros, que cada día alguien lleva alguno.

Para que veáis lo pequeño que era:

IMG_20160717_184710

 

Estamos seguros que volveremos a encontrarnos con más vencejos en nuestro patio, mientras tanto voy canturreando esta canción de Manel donde nombran a los vencejos (falciots): La canço del soldadet

¡Feliz vida!

¡Feliz vuelo!