Hoy es el día de los Santos Inocentes, para mi este día nunca ha tenido el mismo significado que para el resto de la gente. Eso, suele ocurrir cuando uno de tus seres queridos nace en una fecha señalada.
La protagonista este día es mi madre, Nuria, nacida el 28 de diciembre de 1955 pero inscrita en el registro el día 29, este tipo de cosas es cosecha de mi abuelo.
Mi madre, esa mujer especial. Y no porque sea mi madre, sino porque lo es, veamos:
Mi madre tiene unos ojos verdes grandes preciosos. Unos ojos que padecen heterocromía. Según la Wikipedia: la heterocromía es una anomalía de los ojos en la que los iris son de diferente color, total o parcialmente. La diferencia en el color puede ser completa o parcial. En el caso de mi madre, uno de sus ojos tiene una porción de color marrón. Como un «quesito» del Trivial.
Mi madre cocina como los dioses, te puede preparar cualquier cosa deliciosa, tomates verdes fritos, codornices escabechadas, ceviche…
Mi madre es un genio con el Patchwork y cose bolsos, cojines, mantas, muñecos…
Mi madre es una lectora empedernida que el año pasado se leyó 72 libros, lleva un registro, recordemos que el año tiene 52 semanas, no os digo más.
Mi madre me ha enseñado a disfrutar del teatro, ella empezó en Dagoll Dagom pero lo dejó para tener hijos. También me enseñó a apreciar el buen cine costumbrista.
Mi madre me ha llevado a exposiciones de todo tipo desde los 6-7 años, recuerdo ir todos los domingos a ver una exposición o una representación de teatro infantil si la había.
Mi madre me despertaba cada sábado con música clásica y joyas como esta:
https://youtu.be/igHOaMOzzUo
Mi madre siempre está de buen humor y es muy dulce y amorosa.
Mi madre huele de maravilla, hay un rincón entre su cuello y su clavícula que huele dulce, huele a seguridad, ternura, refugio. Ese rincón es casa.
Mi madre, que me cuidó cuando estuve combatiendo contra el cáncer.
Mi madre, que superó su propio cáncer.
Mi madre, mi heroína.
Te quiero mama.