Hemisferio Izquierdo

Cuando la mente no para de pensar…

Etiqueta: valentía

15 MESES

Mañana cumpliré 15 meses en mi actual empresa. Mañana es mi último día.

Siempre digo que la vida te pone en situaciones que te generan dilemas y tomar decisiones. Nunca tienes la certeza absoluta, porque no existe, de si estás haciendo lo correcto con la decisión tomada, pero cuando esas dudas te acechan tienes el conveniente deber de preguntarte qué quieres y qué necesitas tú. Y eso es lo que he hecho.

He decidido salir de mi zona de confort. He decidido cambiar de trabajo, un trabajo que se me da bien, que no comporta un estrés constante, en una empresa en la que estaba a gusto y donde se me tenía bien considerada. Pero no era suficiente, para mí no. Tener calidad de vida ha hecho oscilar la balanza hacia el otro lado.

Cuando evalúo estos meses y veo que la sensación que tenía cada semana era que lo único que hacía era trabajar me entristece. Y no lo quiero, el trabajo ocupa la tercera parte de nuestro día a día, generalmente, pues para poder seguir enfrentándome a ello necesito poder hacer otras cosas y eso es lo que elijo. Arriesgo cambiando de trabajo para poder sentirme plenamente satisfecha fuera del trabajo. Puede sonar contradictorio pero no lo es.

¡Es la hora de las valientes!

EL SHOW DEBE CONTINUAR

Tengo un amigo que ha sufrido una recaída.

No somos muy íntimos, pero nos une algo, el cáncer. Y ese lazo es más profundo e intenso que muchas otros lazos que se establecen entre amigos de hace más tiempo.

Me llegó la noticia por correo electrónico, quería informarnos a unos cuantos de su “nueva” situación, de nueva nada porque ya sabe qué es, ya sabe por todo lo que tiene que pasar. El aliento del lobo ha dejado de soplarle en la nuca y ahora vuelve a tenerlo en su interior. Intentando ganar la batalla, intentando llevarse un poco de él.

Deseo que lo supere, con toda mi alma y mi corazón. No me parecería justo que el mundo tuviera que prescindir de alguien que ya ha aprendido esta lección 2 veces, de alguien que tiene una misión en este mundo y es comunicar y desestigmatizar el cáncer, de alguien que sonríe a la vida, de alguien que es valiente, de alguien al que ves junto a su novia y ves el amor incondicional, de alguien que comparte y tiene deseos de aprender para seguir compartiendo.

Cuando recibes una noticia así, y has sufrido un cáncer, es inevitable pensar ¿y si yo tengo una recaída? ¿Y si estos meses que he perdido un poco de peso y me siento tan cansada significan que el lobo vuelve a estar en mi interior?

Deseo que mi amigo se recupere, está luchando, tiene un ejército con él, pero sí que es verdad que en esta batalla, en ocasiones, te sientes tan débil y te encuentras tan mal que a veces cuesta ser optimista.

Pero debe serlo, debemos serlo todos, tengamos o no cáncer. La mejor medicina es el buen humor, el optimismo, las ganas de vivir.

Porque, en definitiva, ocurra lo que ocurra, el show debe continuar.

MY SURVIVAL STORY

Y el día llegó.

Después de cruzar diversos correos electrónicos donde Martin me decía cosas como: ¿Qué tal la vida? Espero que estés bien y happy. Yo estoy bien. Y finalmente estoy terminando tu peli. He trabajado mucho…buscando la escénica de tu entrevista. Después de muchas horas montando las imágenes….finalmente entendí. Como persona, eres increíblemente positiva y por eso seguramente una inspiración para mucha gente, pero lo más impresionante es que también hablas sobre tu debilidad. No hay muchos pacientes que pueden hablar tan abiertamente sobre esto. Y yo creo que esto es lo que da fuerza a tu historia: que aceptas que eres débil.

Llegó el día donde me convertí en la protagonista de My Survival Story (Mi Historia de Supervivencia). Ya escribí que no soy muy dada a estar frente a una cámara, más bien todo lo contrario. Pero Martin me ha hecho un regalo, un regalo maravilloso.

Formar parte de este proyecto es algo que no imaginé nunca. Que la vida te siga sorprendiendo de este modo, te brinde oportunidades como esta y te hermane con personas como Martin, es formidable.

Es por eso que cada día debemos levantarnos de la cama y protagonizar nuestra vida. Ser valientes y enfrentarnos a ella. Y lo digo porque, últimamente, me he vuelto a dar cuenta que combatir el tumor me resultó más fácil que lidiar con algunas situaciones de la vida. El no ya lo tengo, de todo, así que debo luchar por lo que quiero y lo que creo. No tengo nada que perder y tengo todo que ganar.

Tengo una segunda oportunidad, así que aunque a veces haya dudas, incertidumbre, miedos, debo enfrentarme a mí día a día como lo hice cuando estuve enferma, a saber: con humor, un humor muy negro, pero humor al fin y al cabo; con garra, optimismo, alegría y fuerza; pero también con ira, miedo, sufrimiento, dolor y debilidad.

Soy libra, la balanza, así que me encuentro en un permanente juego de equilibrios  entre lo positivo y lo negativo, soy fuerte, pero también débil; soy inteligente, pero en ocasiones puedo ser muy necia (cosa que no soporto, para ser sincera); soy optimista, pero cuando me embarga el pesimismo me cuesta ver la luz y así podría seguir eternamente. Todos tenemos esta ambivalencia, forma parte de nuestro encanto, o no.

Aceptarme como soy fue una de las mayores enseñanzas que me dio mi cáncer y que, a día de hoy, me sigue enseñando.

Y aquí lo tenéis:

My Survival Story

CUANDO SEA MAYOR…

Supongo que todos hemos pensado eso en nuestra infancia y adolescencia, en mi caso pensaba “cuando sea mayor seré antropóloga, rodaré documentales por todo el mundo y escribiré sobre una de mis pasiones: las relaciones humanas; cuando sea mayor tendré clarísimas un montón de cosas, sobre mi persona, mi vida, mi futuro profesional; cuando sea mayor habrá miles de cosas de las cuales no tendré que preocuparme; cuando sea mayor…”.

Pues bien, soy mayor, no muy mayor pero dentro de lo que marcan los convencionalismos sociales soy una mujer adulta, en poco más de dos meses cumpliré 35 años, así que soy mayor. Mayor que cuando tenía 17 pero menor que cuando tenga 52.

Y no, no soy antropóloga, aunque siguen apasionándome muchas de las temáticas que se tratan en ese ámbito y leo, leo e investigo. El documental vendrá, no sé cuánto tardará pero haré uno, al menos. Espero, si no, poder hacer más. Escribir, eso si lo hago, en este blog, desde hace 3 años y el desencadenante de todo esto abrió una puerta que espero que nunca se cierre. Hoy he hecho un test de esos que corren por internet que se titula “¿Qué profesión deberías haber seguido?” y el resultado que he obtenido ha sido escritora. Me ha hecho mucha gracia, espero que el resultado tenga algo de premonitorio.

Supongo que no soy la única de mis amistades y personas de mi generación que después de haber estudiado mucho se han dado cuenta que la tarea que desempeñan no les satisface. Estudiamos, nos preparamos y soñamos con muchas cosas, pero imagino que la influencia del consumismo nos arrastra a querer cambiar. En mi caso, después de mucho analizar no sé si está tan relacionado con la sociedad en la que vivo si no más con situaciones personales que me hacen ver las cosas de una manera clara.

¿Estamos condenados a mantenernos en un mismo sitio porque el sistema así lo obliga? No lo creo, bueno al menos llevo una temporada que no pienso que sea así y poco a poco me lo voy creyendo. Sólo hay que ser lo suficientemente valiente para cambiar esa parte que te atrapa, te paraliza y te bloquea para que no puedas dar el salto que pretendes.

Creo que cada día estoy un poco más cerca de vencer el miedo a buscar lo que quiero. No me preguntéis como lo estoy haciendo, porque una parte de mi cerebro se pasa gran parte del tiempo analizando cual es el mecanismo y cuando la maquinaria se disparó, así que lo mejor que puedo hacer es dejar fluir y arriesgarme a ver cuál será el resultado.

SI QUIERES, PUEDES. SI PUEDES, DEBES.

No sé qué tiene el verano que te transporta a un estado en el que crees que todo es posible. No sé si es el sol, que los días son más largos, que estamos de mejor humor, pero al menos, en lo que a mí respecta, esta estación me hace pensar que todo lo que quiero hacer puedo lograrlo, que todos los cambios que quiero llevar a cabo son posibles y que la solución a muchas situaciones están a la vuelta de la esquina.

Ya escribí en un post anterior que en septiembre suelo hacer balance de cómo han acontecido los meses del año en curso. A mediados de este año llegó a mi familia una noticia inolvidable, la protagonista era mi madre.

La heroína en cuestión ha superado fantásticamente bien su primera tanda de quimioterapia oral, hace 4 días empezó la segunda tanda. En breve habrá pasado un mes desde que empezó el tratamiento. Así que en cuanto nos demos cuenta habrá llegado a la línea de meta en esta carrera de fondo que está corriendo. Y lo está haciendo con ganas, con optimismo y con esa preciosa sonrisa que viste su cara siempre y con grandes dosis de buen humor. Así es mi madre, ¡damas y caballeros!

¿Cómo no voy a pensar que todo es posible, en esta época? Nunca nos rendimos, siempre luchamos.

Una vez alguien me dijo: “el cementerio está lleno de valientes”, en cuanto me lo dijo no analicé el mensaje de manera inmediata, tiempo después pensando sobre el conformismo le di la vuelta a esa frase y pensé “el mundo está lleno de cobardes”. No me considero para nada cobarde, así que en los próximos meses todos y cada uno de los pensamientos, situaciones y cambios que ahora creo que son posibles DEBO materializarlos, DEBO creerlos, me los DEBO a mi misma y a lo que soy.

Si quieres, puedes. Si quieres, debes.

VERDAD, VALENTÍA Y LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Ayer, sábado por la noche, gracias a mi amiga Maru tuve la suerte de poder asistir a Tangos de la Resistència.

Como hija de argentino que soy los tangos han estado muy presentes durante toda mi infancia y adolescencia, mi padre es un gran entendido y también un gran coleccionador de tangos, sé que tiene recopilados miles y que para él son un gran tesoro. Cuando era una niña siempre pensé que los tangos eran muy tristes; como los boleros, que también me encantan. Pero ayer pude admirar, gracias al repertorio que interpretaron Sandra Rehder y Gustavo Battaglia, cuan valientes fueron algunos letristas de tangos para plasmar la realidad que vivían.

Lo más sorprendente de todo, es que estas letras que algunas tienen casi 100 años son de una vigencia aplastante y esto no hace más que sorprenderme y asustarme, a partes iguales. Por qué me sorprende y asusta, porque relatan acontecimientos, sentimientos y emociones que siguen ocurriendo, que siguen demostrando cuan podrido está el poder, que siguen contándonos como la sociedad está tan ciega de seguir confiando en ladrones, mentirosos profesionales e ineptos.

Destacaré tres tangos entre todos los que ayer escuché:

Se viene la maroma (M. Romero / E. Delfino)

Anteriormente a la década de 1930, la sociedad argentina se encontraba como se sigue encontrando ahora y como también se encuentra la sociedad española. Esa crisis desembocó en una capacidad creativa en los letristas de tango donde se alejaron de las historias individuales para reflejar una sociedad desencantada, asqueada y perdida. Esta pieza, escrita en 1928 relata el hartazgo del proletariado y el hervidero revolucionario que parecían estar cocinando.

Bronca (M. Basttitella / E. Rivero)

Este tango se escribió en 1962, posterior a las elecciones del 18 de marzo donde el representante de la época de los peronistas volvió a ganar en la provincia de Buenos Aires y en otros territorios. Destacaré algunos fragmentos de la letra porque me parece, cada vez que los leo, que estoy leyendo sobre nuestros representantes políticos, sobre los bancos y sobre la falta de escrúpulos de unos y otros…

(…)Esta es la época moderna
donde triunfa el delincuente,
y el que quiere ser decente
es del tiempo de Colón.
(…)

(…)La decencia la tiraron
en el tacho ‘e la basura
y el amor a la cultura
todo es grupo, puro bluff.
(…)

(…)Ya ni entre hermanos se entienden
en esta gran confusión…
Que si falta la guita…
Que si no hay más lealtad…
¿Y nuestra conciencia,
no vale eso más?

 Refundir a quien se pueda
es la última consigna
y ninguno se resigna
a quedarse sin chapar…
Se trafica con las drogas,
la vivienda, el contrabando.
Todos ladran por el mando,
nadie quiere laburar.

Creo que no hace falta que añada nada, la letra habla por sí misma, o yo interpreto lo que no es o es que 50 años más tarde seguimos exactamente igual, en Argentina, en España o en Kuala Lumpur…

El precio de vencer (E. Blázquez)

Me enorgullece decir que entre los tangos que ayer me llamaron la atención, se encuentra uno escrito por una mujer, la autora resultó una renovadora del género en la década de los 60 del pasado siglo XX, este tango en concreto lo grabó en 1973. En él se puede apreciar la crítica total a la corrupción, la falta de escrúpulos y de conciencia, para muestra, la primera estrofa:

Que caro hay que pagar el precio de vencer.
Mentir para ganar, ganar para perder.
Tranzar con lo pequeño, dócilmente,
y avanzar sin preocuparnos si pisamos a la gente.
No permitir jamás que nuestro corazón
nos marque un paso atrás, nos haga una traición.

Un gran recuerdo que me llevaré de la noche de ayer, y que considero que fue la guinda, fue ver entrar en el Teatre Akadèmia a Marta Sibina y Albano Dante Fachin, los creadores de la revista Café amb llet. Los admiro, no soy nada fanática, cada vez que he visto a alguna persona ilustre que me gusta como escribe, como interpreta, como dirige, nunca la he molestado. Pero ayer no podía dejar de agradecerles a estas dos personas tan valientes lo que han hecho y lo que siguen haciendo. Me gusta la gente valiente, la gente que dice la verdad, la gente que ejerce su derecho a expresarse libremente. Estas dos personas lo son. Debería haber más personas como ellos. Colaboré en su Verkami, estoy deseando que me llegue a casa su libro. Y si necesitan mi ayuda, de manera desinteresada, saben que la tienen.

La verdad y la justicia son dos conceptos que desde que era muy pequeña me han interesado, por los cuales me implico y que en ocasiones me han provocado insomnio. Mis padres a veces recuerdan como me ponía una capa y un antifaz y agarraba una espada de madera o un palo y mientras “trotaba” por casa bramaba Le justiciere, yo tendría 6, 7 u 8 años, pero ya me inventé ese personaje y a día de hoy, sale, irremediablemente.

No me gustan las mentiras, no me gusta mentir y no me gusta que me mientan, por eso me indigna sobremanera que tomen a la sociedad por estúpida y que piensen que nos vamos a tragar toda la sarta de trolas que intentan colarnos desde hace años.

La libertad de expresión es otra cuestión de la cual soy una acérrima defensora, lógicamente bajo los parámetros de la verdad y el respeto, pero esta semana he conocido un caso muy curioso donde en una empresa que se le llena la boca alegando la libertad que hay de información y comunicación, dentro de su organización,  le han prohibido a una persona compartir una noticia que había encontrado en un buscador de internet, con el resto de sus compañeros. Damas y caballeros en pleno siglo XXI seguimos siendo censurados.

Lo llevo crudo en esta vida y me alegro, no me gustan las cosas fáciles.

¡Salud, verdad y justicia!