Hemisferio Izquierdo

Cuando la mente no para de pensar…

Etiqueta: enfermedad

21 DÍAS DE CONFINAMIENTO

Dicen que para crear un hábito hace falta cumplirlo durante 21 días. Hoy hace 3 semanas que empecé el confinamiento.

La primera semana, confirmado telefónicamente por el 061, tuve la Covid-19. Los síntomas fueron, dolor articular, fiebre, tos, descomposición, pérdida de los sentidos del gusto y el olfato.

La realidad que estamos viviendo me acerca a la que viví de junio de 2011 a noviembre de 2012 cuando me diagnosticaron un tumor y tuve que pasar por un cúmulo de pruebas, tratamientos, visitas médicas, intervenciones quirúrgicas…

La realidad que estamos viviendo me hace recordar un montón de hábitos, emociones, costumbres que tuve que incorporar a mi vida durante muchos meses, como me gustan mucho las listas, ya que me ayudan a ordenar la mente, los voy a detallar en una:

  • Recogimiento: quedarse en casa es un acto de responsabilidad, para con nosotros y para con el resto de nuestros congéneres.
  • Obediencia: por que siguiendo una serie de normas y hábitos los plazos se acortarán.
  • Paciencia: la vida nos ha brindado la oportunidad de parar(nos), observar(nos), escuchar(nos), acompañar(nos)…
  • Aceptación: estamos viviendo un duelo, el duelo de una vida anterior a esta y pasamos por sus fases tal y como detallé en LAS 5 FASES. Al final debemos aceptar lo que vivimos para poder enfrentarnos a ello.
  • Resiliencia: esta situación nos fortalece, nos hace crecer ante la adversidad y nos permite evolucionar.
  • Aprendizaje: estamos ante un máster de un cambio vital a escala mundial, solo espero que lo aprovechemos todas las personas que habitamos este planeta.

Leo artículos que relatan que la situación excepcional que vivimos va a provocar un cambio de paradigma, me gustaría pensar que en beneficio de todos, priorizando a la naturaleza (que está volviendo a ser la que era antes que viniera la humanidad a destruirla), priorizando a las personas (con conciencia de clase, colaborativa, cooperativa, solidaria), priorizando al colectivo frente al individuo…

No sé, quizás estoy leyendo y pensando mucho y ahora mismo tengo un ideal distópico de como debería ser la sociedad una vez la pandemia llegue a su fin. Que, no será la normalidad, por que nunca hemos vivido en la normalidad si habitábamos un planeta con tanta desigualdad.

¡Feliz confinamiento!

Aprovechémoslo.

AÑO VIII d. C. (después del Cáncer)

Este octavo aniversario ha traído consigo un regalo maravilloso, mi vida profesional cambiará dentro de una semana con la oportunidad de desarrollar mis capacidades y experiencia como Responsable de RRHH en una nueva empresa.

Es algo totalmente inesperado que me aterra e ilusiona a partes iguales y espero cumplir las expectativas y poder dar lo mejor de mí.

Los últimos 8 años trajeron muchos cambios profesionales, probablemente promovidos por el cisma que fue el diagnóstico de la enfermedad, los tratamientos, las intervenciones quirúrgicas, las hospitalizaciones, etc.

Ahora comienza una nueva etapa, donde recogeré lo sembrado durante tanto tiempo.

¡Feliz cosecha!

¡Feliz vida!

AÑO V d. C. (después del Cáncer)

Hoy hace 5 años que me diagnosticaron cáncer de colon.

En este lustro he sufrido, he reído, he llorado, he luchado y también me he rendido. He aprendido a escuchar a mi cuerpo, a mi alma, a mí.

En estos 1825 días superé mi enfermedad, dejé mi antiguo trabajo, acompañé a mi madre en su enfermedad, cerré proceso terapéutico con mi psicóloga, me enamoré, me trasladé de piso para vivir con mi pareja, viajé a África, hice un curso de cine documental… entre muchas otras cosas. Porque la vida seguía, por suerte la vida seguía conmigo dentro.

Y hoy, esta Thalis, más resiliente, más receptiva, más respetuosa consigo misma porque se tiene en cuenta quiere agradecer a su tumor el haber irrumpido en su vida. Por hacerme consciente de mí, de mi cuerpo, de mi salud y de mí persona.

He sido afortunada porque puedo contarlo, porque puedo compartirlo y porque puedo seguir sentándome con mis queridos padres a charlar de la vida y poder ver cómo viven tranquilos y felices porque estoy aquí. Porque ellos dos fueron mis muletas, me acompañaban, me escuchaban, me arropaban, me distraían.

Gracias Nuria y Willy, mis padres, mi sol y mi luna. Sin vosotros la batalla hubiera sido imposible. Os quiero.

6 MESES Y DESCONTANDO

Dentro de 20 días hará 5 años que me dieron esta noticia «Thalis tienes un tumor».

Hoy he tenido revisión y el médico me ha dado una gran noticia, todo está perfecto, TAC limpio, analítica correcta, marcador tumoral inapreciable. Pero la verdadera noticia es que en noviembre se cumplirán 5 años desde que me extirparon el tumor (y me practicaron una ileostomía temporal) y después de esa revisión, dentro de 6 meses, me dará el alta definitiva.

Todavía no me lo creo, porque no recuerdo quién me dijo que tendría que hacer revisiones durante una década, pero resulta que no, que el tiempo de observación y control es un lustro.

Cuando hace unas semanas me hice el TAC, al entrar dentro del aparato me invadió una gran pena, era como si regresaran a mi todos los sentimientos, emociones y temores vividos durante el año que me enfrenté al cáncer. Ahora no veo el momento que llegue noviembre donde me den el alta, aunque eso no quiere decir que no tenga que someterme a colonoscopias de control cada cierto tiempo, porque irremediablemente me he convertido en paciente de riesgo.

Eso sí, el cáncer es parte de mí, siempre lo será y ha servido para convertirme en la persona que soy hoy.

EL SHOW DEBE CONTINUAR

Tengo un amigo que ha sufrido una recaída.

No somos muy íntimos, pero nos une algo, el cáncer. Y ese lazo es más profundo e intenso que muchas otros lazos que se establecen entre amigos de hace más tiempo.

Me llegó la noticia por correo electrónico, quería informarnos a unos cuantos de su “nueva” situación, de nueva nada porque ya sabe qué es, ya sabe por todo lo que tiene que pasar. El aliento del lobo ha dejado de soplarle en la nuca y ahora vuelve a tenerlo en su interior. Intentando ganar la batalla, intentando llevarse un poco de él.

Deseo que lo supere, con toda mi alma y mi corazón. No me parecería justo que el mundo tuviera que prescindir de alguien que ya ha aprendido esta lección 2 veces, de alguien que tiene una misión en este mundo y es comunicar y desestigmatizar el cáncer, de alguien que sonríe a la vida, de alguien que es valiente, de alguien al que ves junto a su novia y ves el amor incondicional, de alguien que comparte y tiene deseos de aprender para seguir compartiendo.

Cuando recibes una noticia así, y has sufrido un cáncer, es inevitable pensar ¿y si yo tengo una recaída? ¿Y si estos meses que he perdido un poco de peso y me siento tan cansada significan que el lobo vuelve a estar en mi interior?

Deseo que mi amigo se recupere, está luchando, tiene un ejército con él, pero sí que es verdad que en esta batalla, en ocasiones, te sientes tan débil y te encuentras tan mal que a veces cuesta ser optimista.

Pero debe serlo, debemos serlo todos, tengamos o no cáncer. La mejor medicina es el buen humor, el optimismo, las ganas de vivir.

Porque, en definitiva, ocurra lo que ocurra, el show debe continuar.

TE INVITO A LA REFLEXIÓN

Esta frase, que me decía mi padre cuando era una niña para hacerme pensar sobre alguna cuestión en concreto, ha venido a mi memoria esta semana. Os preguntaréis ¿por qué? Pues, porque mi cuerpo, una vez más, me ha invitado a la reflexión en lo que se refiere a la manera en que me enfrento a mi día a día.

Cuando se cumplen 3 años desde que el equipo médico que me atendía durante mi enfermedad decidiera parar el tratamiento de quimioterapia preventiva y que expliqué en 02/03/2012 he celebrado ese aniversario ingresada en el Hospital Clínico.

El martes fui a urgencias porque sentía un dolor insoportable que no me dejaba ni caminar, después de diversas pruebas y de pasar de estar en observación a estar ingresada en mí querida planta de enfermedades digestivas y metabólicas los médicos me han dicho que he tenido una inflamación e infección intestinal.

Una vez más, mi cuerpo me ha pedido que parase, que me replantease el ritmo de vida que llevaba y que no podía soportarlo más. Así que, gracias intestino por invitarme a la reflexión, he tenido tiempo para escucharte bien y decidir hacer cambios, no puedo seguir trabajando 50 horas a la semana.

Durante estos 5 días que he estado ingresada, he vuelto a recibir mucho amor y también he constatado que no me gusta ver la preocupación en los ojos de los que me quieren. También he tenido la suerte de conocer a una persona fantástica, mi compañera de habitación, que también ha padecido un cáncer de colon. El destino siempre te brinda regalos, yo he tenido la oportunidad de conocer a esta mujer y ella, antes de recibir el alta hospitalaria hoy, me ha hablado de Sergi Torres  por favor ir a la pestaña vídeo y mirad las charlas que ha ido impartiendo. Todo un descubrimiento este sabio, donde comparte unas enseñanzas muy útiles.

Aprendí una lección muy valiosa no hace mucho, pero los viejos hábitos siempre vuelven. Por suerte he tenido otra oportunidad y espero que sirva para escucharme más a menudo y cuidarme más.

Así que, esa sabia frase de mi padre te invito a la reflexión es una invitación que os hago a todos, reflexionad, sobre vuestras vidas, sobre lo que queréis o no queréis, sobre vuestro estado físico y mental, sobre la vida en general.

¡Salud!

MY SURVIVAL STORY

Y el día llegó.

Después de cruzar diversos correos electrónicos donde Martin me decía cosas como: ¿Qué tal la vida? Espero que estés bien y happy. Yo estoy bien. Y finalmente estoy terminando tu peli. He trabajado mucho…buscando la escénica de tu entrevista. Después de muchas horas montando las imágenes….finalmente entendí. Como persona, eres increíblemente positiva y por eso seguramente una inspiración para mucha gente, pero lo más impresionante es que también hablas sobre tu debilidad. No hay muchos pacientes que pueden hablar tan abiertamente sobre esto. Y yo creo que esto es lo que da fuerza a tu historia: que aceptas que eres débil.

Llegó el día donde me convertí en la protagonista de My Survival Story (Mi Historia de Supervivencia). Ya escribí que no soy muy dada a estar frente a una cámara, más bien todo lo contrario. Pero Martin me ha hecho un regalo, un regalo maravilloso.

Formar parte de este proyecto es algo que no imaginé nunca. Que la vida te siga sorprendiendo de este modo, te brinde oportunidades como esta y te hermane con personas como Martin, es formidable.

Es por eso que cada día debemos levantarnos de la cama y protagonizar nuestra vida. Ser valientes y enfrentarnos a ella. Y lo digo porque, últimamente, me he vuelto a dar cuenta que combatir el tumor me resultó más fácil que lidiar con algunas situaciones de la vida. El no ya lo tengo, de todo, así que debo luchar por lo que quiero y lo que creo. No tengo nada que perder y tengo todo que ganar.

Tengo una segunda oportunidad, así que aunque a veces haya dudas, incertidumbre, miedos, debo enfrentarme a mí día a día como lo hice cuando estuve enferma, a saber: con humor, un humor muy negro, pero humor al fin y al cabo; con garra, optimismo, alegría y fuerza; pero también con ira, miedo, sufrimiento, dolor y debilidad.

Soy libra, la balanza, así que me encuentro en un permanente juego de equilibrios  entre lo positivo y lo negativo, soy fuerte, pero también débil; soy inteligente, pero en ocasiones puedo ser muy necia (cosa que no soporto, para ser sincera); soy optimista, pero cuando me embarga el pesimismo me cuesta ver la luz y así podría seguir eternamente. Todos tenemos esta ambivalencia, forma parte de nuestro encanto, o no.

Aceptarme como soy fue una de las mayores enseñanzas que me dio mi cáncer y que, a día de hoy, me sigue enseñando.

Y aquí lo tenéis:

My Survival Story

SUPERVIVIENTE

Se denomina superviviente o sobreviviente a aquella persona que logra mantenerse con vida en situaciones adversas y que por lo general habrían causado su muerte.

¿Lo soy? No lo sé, para Martin Inderbitzin sí lo soy.

¿Os preguntaréis quién es Martin? Pues alguien muy especial, alguien que ha creado un proyecto bonito, maravilloso, útil, necesario y que deseo tenga un largo recorrido y aparte de ser protagonista de una de las historias, colaborar buscando a otros supervivientes. Martin ha creado My Survival Story historias verdaderas, de pacientes para pacientes.

Hace un par de semanas mi amigo Albert Bellonch me escribió diciéndome que un amigo y compañero de trabajo buscaba a personas que hubieran superado un cáncer para este proyecto, Gio, su amigo, es a su vez amigo de Martin, en esta cadena de gente nos hemos encontrado Martin y yo. Nos conocimos el pasado jueves 18 de diciembre y la secuenciación ha sido la siguiente:

  • Después de una breve reunión en una tetería decidimos que nos encontraríamos el sábado 20 para grabar mi historia.
  • El sábado nos encontramos en un mercado, él iba acompañado de su encantadora y preciosa pareja Katerina, sueca, que por cierto al igual que Martin, él es suizo, habla castellano muy bien. Me grabó, comprando y paseando.
  • Hoy, domingo, ha venido a mi casa, me ha entrevistado largo rato, me ha grabado cocinando y luego hemos grabado en exteriores.

No podéis imaginar el proceso catártico que ha sido la entrevista que me ha hecho. He recordado muchas situaciones de las vividas durante mi enfermedad pero desde una perspectiva sana, positiva, de crecimiento y con ganas de seguir compartiendo mi experiencia para continuar desestigmatizando el hecho de padecer cáncer.

Martin me ha dicho que en breve mi historia estará colgada en la web. Me aterra el hecho de verme grabada, siempre me ha gustado estar al otro lado, grabando las historias que quiero contar. Pero ahora soy la protagonista, así que seguimos en el proceso de crecimiento, explicando mi historia donde veréis mi cara y mis gestos y no solamente la leeréis como en estos tres años y medio.

El cáncer sigue brindándome regalos, de muchas maneras, con muchas caras y no pienso desaprovechar ninguna de estas oportunidades.

Gracias Martin, por este fin de semana, por lo que ha representado la entrevista de hoy y por lo que está por venir, gracias de corazón.

YO, ENERGÍA

Jorge Drexler, el cantante de las palabras esdrújulas, compuso una canción que tituló Todo se transforma, el estribillo dice así:

Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.

Es cierto, nosotros somos energía, todo lo que acontece a nuestro alrededor viene provocado por nuestra actitud y la energía que proyectamos en cada uno de nuestros actos y así nos será devuelto. Esta semana he podido comprobarlo en carne propia.

Me explicaré, llevo desde el 8 de octubre de baja médica, los que me conocéis sabéis que soy una persona muy activa, siempre estoy en continuo movimiento, trabajo, voluntariado, familia, amigos, blog, redes sociales, viajes…. Pues bien, mi cuerpo no pudo más y ha necesitado parar, he necesitado parar. Durante este mes que llevo de baja he podido replantearme mi vida, mi profesión, mis ambiciones y mis anhelos, pero sobre todo he podido escuchar a mi cuerpo.

Mi cuerpo, ese recipiente donde bullen miles de ideas, pensamientos, estados de ánimo, emociones, sensaciones, alegrías, miedos… A raíz de mi enfermedad me permití escucharlo y conectarme con él. Y como la parte que enfermó fue mi intestino delgado, denominado el segundo cerebro y por el cual pasan las emociones, se convirtió en un filtro energético muy potente.

Durante muchos meses he vuelto a tener desarreglos intestinales, no me sentía bien emocionalmente y mi cuerpo somatizaba. Después de mucho pensar, sopesar pros y contras he decidido que mi salud y mi felicidad están por encima de todo y he decidido cambiar de trabajo. Para alguien con un enfermizo sentido de la responsabilidad como yo es complicado dejar un trabajo sin tener otro, pero mi cuerpo me hablaba y me decía que no había otra alternativa. Así que, no sé si seré valiente o una loca, sólo sé que me siento bien, que estoy feliz y que desde que tomé la decisión duermo y estoy tranquila. Llevaba mucho tiempo agotada, literalmente.

Sé lo que es perder la salud y no quiero que vuelva a pasarme y es más, no quiero sentirme una irresponsable por no cuidarme.

Soy energía, mi cuerpo es el templo donde esa energía se transforma así que a cuidarlo y a ser feliz.

IRONÍAS DE LA VIDA

La vida, el destino, las conjunciones planetarias… tienen un sentido del humor muy peculiar. Hoy 4 de junio faltan 10 días para el tercer aniversario del diagnóstico del cáncer que padecí. Hoy 4 de junio le han diagnosticado un tumor maligno a mi madre.

Yo, que me considero optimista, luchadora y vitalista me he quedado en estado de shock cuando me ha dado la noticia. Además tengo unas ganas inmensas de quemar mobiliario público y de cagarme en la puta estampa de todo dios.

En mi humilde opinión hoy, todo, absolutamente todo, es una mierda como un piano.

Nadie merece pasar por esto, mi madre ya cuidó de mí durante todo el proceso, lo cierto es que lleva cuidando de mí los 34 años que hace que existo. Así que creo que en la lotería del cáncer el número agraciado es erróneo. Me retrotraigo a 3 años atrás y vuelvo a pensar que se han confundido con el diagnóstico.

Todos queremos a nuestras madres, las respetamos, las admiramos, las defendemos, las cuidamos, las adoramos, quizás todos no. Yo sí. Mi madre, es una mujer extraordinaria, con una paciencia infinita, un sentido del humor maravilloso, una inteligencia y ganas de aprender desbordantes, cocina de fábula y sabe dar amor, escuchar y cuidar. ¡Ah! Y huele deliciosamente bien.

Así que, si en este segundo capítulo de “El cáncer en mi familia” dicha enfermedad pretende vencernos, lo lleva claro. Sabemos ante qué nos enfrentamos y cómo defendernos. Y lo que es mejor, el cáncer no sabe el equipo que formamos juntas. Así que, ya que nadie te ha invitado (tumor) a la fiesta de la vida de Núria, esperamos que te marches cuanto antes.

Te quiero mama, vamos a poder con esto, como hemos podido con todo lo demás.

PD: Pido disculpas por los improperios del principio, pero es que estoy procesando la noticia y necesito un tiempo.

LECCIÓN APRENDIDA, OLVIDADA Y RECORDADA

Hoy ha sido un día raro, una persona que conozco de solo 40 años ha fallecido a causa de un cáncer fulminante. Una persona noble, que siempre estaba feliz y agradecida de la vida que tenía. Una persona que deja mujer y dos hijos pequeños. Una persona que con su propia experiencia ha hecho que me vuelva a replantear infinidad de preguntas, que me replantee mi actitud de las últimas semanas y que vuelva a recordar lo maravillosa que es la vida, lo sencilla que es y que solo depende de nosotros que siga un camino u otro.

Llevo un mes que no ando fina, desencanto, desasosiego, no lo sé. Pero lo cierto es que después de lo visto, oído y sentido hoy en el responso civil en el tanatorio he recordado una lección muy importante que aprendí a raíz de mi enfermedad. Como somos los humanos que las lecciones más importantes de la vida las podemos olvidar con una facilidad pasmosa, con una simple excusa absurda y ridícula como puede ser pérdida de poder adquisitivo, falta de proyección profesional, entre otras…

En relación a lo vivido hoy en el funeral, una amiga me ha enviado este enlace: http://www.huffingtonpost.es/kate-bartolotta/como-conseguir-una-tripa-plana-y-sexo-increible_b_3987694.html

En este artículo hay 8 sencillos consejos, fáciles, útiles, reales y que, por desgracia, tenemos la mala costumbre de olvidar. Nada de lo que diga puede mejorar estas 8 recomendaciones. Solamente intentar recordarlas, cuando me olvide o empiece a llenar mi mente de estupideces varias que no me llevan a ningún lado.

Sé que las cosas no van bien, que el país está enfermo, pero nosotros no podemos convertirnos en el virus que ataca al organismo. Debemos ser los anticuerpos que contraatacan y lo salvan. Y eso sólo podremos lograrlo con actitud de cambio, con optimismo, con ganas de luchar.

La vida es muy corta. En el texto aparece una frase: Perseguimos un sueño: «Seré feliz cuando…» AHORA es ese cuando, no mañana, ni cuando logre algo. AHORA debemos vivir. AHORA debemos sentir. AHORA debemos amar. AHORA debemos luchar. AHORA.

FIEBRE DEL SÁBADO NOCHE

El 20 de agosto de 2011 publiqué una entrada que titulé Fiebre del viernes noche. Estaba en mitad del tratamiento de quimioterapia y el hecho de tener fiebre era una señal de alarma y se siguieron todas las pautas que nos habían marcado en ese caso.

Pero en esta ocasión, afortunadamente, la situación es muy distinta. Como ya he comentado anteriormente este verano estuve de vacaciones en Gambia, cuando viajas a un país de estas características debes tomar unas medidas sanitarias obligatorias como vacunarte y también tomar, en este caso, Malarone. Este medicamento es una medida profiláctica para protegerte del Paludismo, tomarlo no te garantiza que si te pica un mosquito que tiene Malaria no vayas a contraerla. Pues parece que eso es lo que me puede haber ocurrido.

En los últimos 8 días he padecido: fiebre, escalofríos, nauseas, vómitos (1 sola vez, por suerte), dolor muscular y articular, cansancio intenso, molestias abdominales, dolores de cabeza… todos y cada uno de los síntomas de la malaria o paludismo. Ayer por la noche volví a tener fiebre y mi amiga Elena me obligó a ir al Hospital Clínico. Una vez allí, como tienen mi historial siguen flipando cuando leen lo del cáncer y al explicarles lo del viaje decidieron que me tomarían cultivos, analítica sanguínea y de orina y me harían una placa de tórax y también la prueba de la gota gruesa, que es la que determina si padeces malaria o no.

Después de esperar durante dos horas, resultado de la gota gruesa negativo en malaria. Pero el médico nos dijo que como me habían hecho la prueba que ya no tenía fiebre y que se tiene que hacer cuando se tiene fiebre alta es posible que el resultado sea un falso negativo y que cabe la posibilidad que tenga malaria, no se sabe con certeza. Lo que si tengo es infección de orina. De todas maneras tengo que ir al Departamento de Enfermedades Tropicales y del Viajero del Hospital Clínico para que me hagan un seguimiento.

Llevo 4 días de vacaciones y os aseguro que físicamente me siento como si hubiera estado los últimos 20 días caminando sin parar, el nivel de cansancio físico es descomunal.

A ver si esta semana se desvela la incógnita de lo que me ocurre.

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN

Hace un tiempo que regresé al “mundo de los sanos”, como yo lo denomino. Pero no pertenezco a él. No aún. La gente me mira y siempre suelta la misma expresión.

Gente: ¡Qué buen aspecto tienes!

Thalis: Gracias.

Pero la realidad es otra muy distinta. No voy a exagerar, porque para empezar no es mi estilo. No me gusta hacerme la víctima, es más el victimismo es algo que me supera. Tampoco soy de quejarme, así que lo que haré es ser objetiva y sincera.

No me encuentro mal como hace 1 año cuando tenía dolorosísimos cólicos cada semana. Mi pelo vuelve a estar fuerte y brillante. Mi piel ha recuperado su color. Pero me duelen las piernas. La quimioterapia, que casi me mata, me ha provocado hiperlaxitud en las piernas. Perdí mucha masa muscular durante el tratamiento así que estas se han visto muy afectadas, las rodillas hacen mucho esfuerzo y esto me ha producido una tendinitis rotuliana en la rodilla derecha. Por eso me caí por las escaleras hace un par de semanas. Porque mis rodillas no están muscularmente protegidas para el esfuerzo que implica bajar escaleras y ceden. Por suerte estoy delgada. Tengo que fortalecer la musculatura y según los especialistas con constancia puedo tardar 8 meses en estar bien.

No puedo comer un montón de alimentos, mi endocrinóloga está experimentando conmigo y durante 6 semanas es como si fuera celíaca e intolerante a la lactosa. El trigo hace que no lo huelo meses, así como varias cosas más. Soy obediente y constante, pero para alguien que disfruta comiendo este tema está empezando a cansar, la verdad.

Y ahora todo el mundo que lee esto pensará, bueno, pero estás viva… Ya, lo sé, yo no he dicho lo contrario. Pero es que no se puede entender a menos que se viva. Es así. Creo que he sido bastante positiva durante todo este proceso lógicamente he tenido mis altibajos, soy humana.

Pero es que ahora, lo que ocurre, es que parece que no se ha acabado. Mejor dicho, no se ha acabado. Cada 3 meses visita rutinaria con su analítica correspondiente. Cada 6 meses escáner. Más las visitas a la endocrinóloga, la dieta marcada y los mil brebajes, naturales, que me receta.

Y sólo me he limitado al aspecto físico, si profundizo en el estado de ánimo y el estado mental, necesitaría meses y nunca acabaría de explicar con claridad los pensamientos y sensaciones que recorren mi mente.

Esta mañana mi amigo Ginés @ginesalarcon me ha enviado a través de Facebook el siguiente artículo: http://blogs.elpais.com/papeles-perdidos/2013/04/mirar-el-cancer-de-frente-y-escribir-de-el.html

Me gustaría leer el libro, no sé cuándo lo haré. A veces lo que concierne al cáncer, tratamientos, estados de ánimo, me producen un gran desasosiego y un malestar mental y físico descomunal.

Cuando me reincorporé al trabajo no pensé que el proceso de vuelta a la normalidad sería tan largo. Creo que, durante estos meses, no lo he enfocado de la manera adecuada. No soy la misma persona a la que el 14 de junio de 2011 le dijeron que tenía un tumor. No volveré a ser esa persona. Así que o me adapto a mis nuevas circunstancias y mi nuevo yo o seguiré sintiéndome desubicada durante el resto de mi vida. Y en consecuencia deberé adaptarme al resto de personas que me rodean y ellas a mí.

Y la vida sigue.

RANKING DE “ASCO AGOSTOS” DE MI VIDA

Este mes de agosto, que ya se termina ¡al fin! acaba de entrar en el ranking que lleva por nombre el siguiente post.

En el número uno nos encontramos con el mes de Agosto de 1994:

Cuando suspendí varias asignaturas en 1º de B.U.P. me tocó pasarme el verano estudiando para los exámenes de septiembre lo que desencadenó algún que otro ataque de ansiedad y mi padre me llevó al Hospital Clínico (mi segundo hogar). Un médico muy amable me miró a los ojos y me preguntó:

Médico: ¿Qué te preocupa?, ¿lo has dejado con el novio?, ¿tus padres se van a divorciar?

Thalis: No, no es nada de eso. Es que me han quedado varias asignaturas y por más que estudie no memorizo nada, lo más seguro es que repita curso…

Médico: ¿Y?, no pasa nada. No te preocupes, sé que esto que te digo no te servirá de consuelo  pero, si repites, cosa que no sabemos, estarás más preparada el curso próximo. Tienes que tranquilizarte porque estos ataques de angustia que te dan se te pasarán si estás tranquila.

Resultado: repetí ese curso, el aprendizaje que obtuve de aquella charla y de la experiencia fue que la calma es mejor compañera que el nerviosismo.

El número dos lo ocupa Agosto del 95:

Ese verano me sentía inmensamente feliz porque me iba de campamento a Italia con la agrupación scout a la que pertenecía.

Quince días antes del viaje estaba con mi padre y mi hermano jugando a pillarnos en un parque de Avenida de Roma. Mientras huía de mi padre me subí a un banco y cuando salté para seguir corriendo noté que se me había torcido el tobillo. Pero pude seguir caminando y no me dolía. Así que continué corriendo, saltando y brincando. Volví a subirme a un banco y cuando salté y mi pie entró en contacto con el suelo me di cuenta que algo no iba bien porque me dolía un horror. Me tuve que sentar porque no podía apoyar el pie y caminar.

Mi padre me tuvo que llevar a cuestas hasta el Clínico ¡Qué novedad!

Mientras esperábamos en urgencias de trauma a mi hermano, que por entonces tenía 13 años, no se le ocurrió otra cosa que hacerse amigo de un delincuente común que había sido arrestado por la policía después de una persecución digna de una superproducción de Hollywood, donde acabaron varios policías heridos y el mismo delincuente fue tiroteado en el pie. Esa fue la única forma de pararlo.

Mientras esperaba para que me pusieran un yeso, me había hecho un esguince, mi hermano charló con el tipo este que se encontraba esposado a la camilla y no paraba de repetir “la policía lo sabe todo”, mientras los policías lo miraban y mi hermano se partía de risa.

Resultado: no pude viajar a Italia y me pasé 4 semanas con el yeso puesto porque lo rompí 2 veces, la primera porque me caí en la ducha y la segunda porque casi me parto la crisma bajando las escaleras de casa, en el hospital pensaban que no me estaba quieta ni un segundo. Lo que aprendí ese verano fue a lanzarme de cabeza en la piscina, una vez me sacaron el yeso, de ese modo fortalecí el tobillo. Y también que en ocasiones las cosas fallan porque en el futuro debes realizarlas con otra mentalidad y en otra compañía.

Agosto de 2010 ocupa el tercer puesto en este curioso ranking:

Después de haber regresado de un proyecto de voluntariado en Ecuador me enteré que mi abuelo estaba ingresado en el hospital. En cuanto mi padre me dio la noticia supe que no saldría de esta, la ecuación anciano de 101 años y placa en el fémur tiene un resultado fatídico. Tuve la suerte de poder despedirme de él y cuidarlo los últimos días.

Por cierto, falleció en el Hospital Clínico.

Resultado: perdí a una de las personas más importantes de mi vida pero aprendí que había sido muy afortunada por haber tenido el privilegio de haber disfrutado de él.

El cuarto puesto es para Agosto de 2011:

Hacía 2 meses que me habían diagnosticado un cáncer y el mes de agosto no iba a pasarlo en Brasil como había planeado, sino que fue visitando el Hospital Clínico.

De lunes a sábado estuve yendo al hospital para las sesiones de radioterapia y quimioterapia.

Sólo ha pasado un año pero parece tan lejano.

Resultado: un año después no hay rastro de cáncer. Lo que he aprendido todo este año con esta enfermedad me da para escribir un blog como el que estoy escribiendo pero entre otras cosas he aprendido que debo vivir el día a día, nunca sé que me deparará el mañana.

 Y en el número cinco se encuentra este mes de Agosto:

Después de un año de pruebas, analíticas, operaciones, quimioterapia, radioterapia, malestar físico y psíquico, estoy recuperada pero me ha tocado, 18 años más tarde, volver a pasar el mes de agosto estudiando….

Estoy cansada de estudiar y sé que es el último esfuerzo y bla, bla, bla. Pero es que después del año que he pasado me hubiera gustado disfrutar de un verano de Dolce far niente y no tener que estar en la biblioteca de la UPF viendo como un chaval que hay delante de mi está “estudiando” mientras ve y escucha a través de su Iphone el programa “Mujeres y Hombres y viceversa”.

Y, para no romper la rutina, tuve cita en el Hospital Clínico, resultado de la analítica: índice tumoral bajo pero estoy muy baja de defensas.

Resultado: aún no lo sé pero espero aprobar los exámenes. Sinceramente no sé si estoy aprendiendo algo de este mes de agosto, hay días que creo que soy masoca.

Lo más emocionante de todo es que sólo tengo 32 años así que me esperan decenas de agostos, octubres, febreros, abriles donde viviré múltiples experiencias que me harán crecer y aprender…. ¡Y tener vacaciones!

Curiosidad sobre lo arriba escrito, cuando hoy empecé a escribir no fui consciente del comun denominador de los meses de agosto relatados y no es otro que el Hospital Clínico y Provincial de Barcelona, parece una broma pero no lo es.

QUIERO UNA EXPLICACIÓN

Explicar que te han diagnosticado un tumor y que te van a someter a miles de pruebas es una de esas situaciones que te invita a proyectar cómo va a responder cada una de las personas de tu entorno.

Para mí, que siempre me ha gustado la antropología y el cine costumbrista, observar la reacción de la gente (ante las distintas situaciones que les plantea la vida) resulta enriquecedor, aprendes mucho observando a la gente, analizando cómo reaccionan ante determinadas situaciones, el problema se presenta cuando “la situación” eres tú y tu salud.

Nunca he sido amante de ser el centro de atención de nada, me gusta compartir y hacer cosas con la gente, pero que focalicen en mi sus atenciones es algo que no llevo demasiado bien y cuando explicas a tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, etc… estás exponiendo esa parcela que no quieres exponer pero que no te queda otro remedio.

No entraré en detalles de cómo reaccionó cada una de las personas a las que les he ido contando que estoy enferma, pero lo que si es cierto, es que aun estando enferma el conocimiento que poseo sobre la gente que me rodea no me falló  en ningún momento. Es decir, la gente reaccionó tal y como yo imaginaba aunque hubo algo que me llamó la atención.