Hemisferio Izquierdo

Cuando la mente no para de pensar…

Etiqueta: fortaleza

EL EJÉRCITO INVISIBLE

Esta tarde me hacen un TAC, toca revisión semestral y esta es una de la pruebas que me hacen. Estoy en el trabajo, sin comer desde las 12 porque tengo que estar en ayunas de 6 horas. Es una hora formidable las 18:40 para hacer este tipo de prueba.

El caso es que estaba pensando en que no sé cuántos TAC me han hecho desde que me diagnosticaron, no he llevado la cuenta. Tampoco hace falta. Y este pensamiento me ha llevado a otro. En concreto me ha llevado a pensar en una persona, en Alessandra.

Alessandra tiene 16 años, vive en Alemania, no la conozco personalmente. La he visto crecer en fotografías porque es la sobrina de mi mejor amiga de la infancia, Carol. El caso es que Alessandra tiene cáncer, uno agresivo que parece que no se rinde con facilidad. Lo que este cáncer no sabe es a quién se está enfrentando. Por lo que he oído en los últimos años Alessandra es vida, es luz, es fortaleza, es amor, es alegría, es dulzura.

Alessandra está librando una batalla dura, la semana pasada conversamos un poco e intercambiamos experiencias. Lo que ella no sabe es que a parte de su fabulosa familia, padres, abuela, tías, prima, amigos etc. Tiene un ejército invisible batallando con ella, estamos detrás alentándola, apoyándola, ayudándola a levantarse cuando le flaqueen las fuerzas.

Cuando hablamos el otro día me preguntó en qué creía y le respondí que en la humanidad y en la fe de las personas. Creo en ello porque lo he vivido en carne propia, durante mi enfermedad mi batallón, rezaba por mí, proyectaba buenas vibraciones y tenía fe en mí. Y yo creo. Creo fervientemente en ello. Así que, os invito a que forméis parte del ejército invisible de Alessandra, invisible porque ella no lo ve, pero lo puede sentir. Sentirá como estamos en todas partes, velando por ella.

Alessandra: la vida es maravillosa, formas parte de ella, no te rindas.

EL SHOW DEBE CONTINUAR

Tengo un amigo que ha sufrido una recaída.

No somos muy íntimos, pero nos une algo, el cáncer. Y ese lazo es más profundo e intenso que muchas otros lazos que se establecen entre amigos de hace más tiempo.

Me llegó la noticia por correo electrónico, quería informarnos a unos cuantos de su “nueva” situación, de nueva nada porque ya sabe qué es, ya sabe por todo lo que tiene que pasar. El aliento del lobo ha dejado de soplarle en la nuca y ahora vuelve a tenerlo en su interior. Intentando ganar la batalla, intentando llevarse un poco de él.

Deseo que lo supere, con toda mi alma y mi corazón. No me parecería justo que el mundo tuviera que prescindir de alguien que ya ha aprendido esta lección 2 veces, de alguien que tiene una misión en este mundo y es comunicar y desestigmatizar el cáncer, de alguien que sonríe a la vida, de alguien que es valiente, de alguien al que ves junto a su novia y ves el amor incondicional, de alguien que comparte y tiene deseos de aprender para seguir compartiendo.

Cuando recibes una noticia así, y has sufrido un cáncer, es inevitable pensar ¿y si yo tengo una recaída? ¿Y si estos meses que he perdido un poco de peso y me siento tan cansada significan que el lobo vuelve a estar en mi interior?

Deseo que mi amigo se recupere, está luchando, tiene un ejército con él, pero sí que es verdad que en esta batalla, en ocasiones, te sientes tan débil y te encuentras tan mal que a veces cuesta ser optimista.

Pero debe serlo, debemos serlo todos, tengamos o no cáncer. La mejor medicina es el buen humor, el optimismo, las ganas de vivir.

Porque, en definitiva, ocurra lo que ocurra, el show debe continuar.

MY SURVIVAL STORY

Y el día llegó.

Después de cruzar diversos correos electrónicos donde Martin me decía cosas como: ¿Qué tal la vida? Espero que estés bien y happy. Yo estoy bien. Y finalmente estoy terminando tu peli. He trabajado mucho…buscando la escénica de tu entrevista. Después de muchas horas montando las imágenes….finalmente entendí. Como persona, eres increíblemente positiva y por eso seguramente una inspiración para mucha gente, pero lo más impresionante es que también hablas sobre tu debilidad. No hay muchos pacientes que pueden hablar tan abiertamente sobre esto. Y yo creo que esto es lo que da fuerza a tu historia: que aceptas que eres débil.

Llegó el día donde me convertí en la protagonista de My Survival Story (Mi Historia de Supervivencia). Ya escribí que no soy muy dada a estar frente a una cámara, más bien todo lo contrario. Pero Martin me ha hecho un regalo, un regalo maravilloso.

Formar parte de este proyecto es algo que no imaginé nunca. Que la vida te siga sorprendiendo de este modo, te brinde oportunidades como esta y te hermane con personas como Martin, es formidable.

Es por eso que cada día debemos levantarnos de la cama y protagonizar nuestra vida. Ser valientes y enfrentarnos a ella. Y lo digo porque, últimamente, me he vuelto a dar cuenta que combatir el tumor me resultó más fácil que lidiar con algunas situaciones de la vida. El no ya lo tengo, de todo, así que debo luchar por lo que quiero y lo que creo. No tengo nada que perder y tengo todo que ganar.

Tengo una segunda oportunidad, así que aunque a veces haya dudas, incertidumbre, miedos, debo enfrentarme a mí día a día como lo hice cuando estuve enferma, a saber: con humor, un humor muy negro, pero humor al fin y al cabo; con garra, optimismo, alegría y fuerza; pero también con ira, miedo, sufrimiento, dolor y debilidad.

Soy libra, la balanza, así que me encuentro en un permanente juego de equilibrios  entre lo positivo y lo negativo, soy fuerte, pero también débil; soy inteligente, pero en ocasiones puedo ser muy necia (cosa que no soporto, para ser sincera); soy optimista, pero cuando me embarga el pesimismo me cuesta ver la luz y así podría seguir eternamente. Todos tenemos esta ambivalencia, forma parte de nuestro encanto, o no.

Aceptarme como soy fue una de las mayores enseñanzas que me dio mi cáncer y que, a día de hoy, me sigue enseñando.

Y aquí lo tenéis:

My Survival Story

MALAS ÉPOCAS

Una mala época, es lo que hay. Lógicamente no será eterna, pero me entristece un poco pensar que a escasos 15 días de mi cumpleaños me siento así.

Me entristece ver como hay cosas a mí alrededor que por más empeño que ponga parece que nunca cambiarán.

Me entristece ver como hay personas tan infelices que su vida pasa por amargarle la existencia a los que se encuentran cerca.

Me entristece ver como la verdad no triunfa, la mayor parte de las veces.

Me entristece ver como un tratamiento preventivo está dejando KO a mi madre, aunque como una campeona que es cada día sonríe un poco, cada día hace un poco para seguir adelante, pequeños pasos que lentamente la llevan al final de este proceso.

Me entristece ver cómo me dejo arrastrar por los pensamientos negativos y mi bajo estado de ánimo.

Pero la optimista que hay en mí, últimamente muy escondida, debe hacer el esfuerzo de sacar para fuera las telarañas así que intentaré equilibrar la balanza.

Me alegra saber que esto es temporal y que pronto regresaré con la voluntariedad y el entusiasmo que tanto me caracterizan.

Me alegra saber que nada es permanente y que quien ahora te ataca mañana puede que no se encuentre a tu lado y haya otras personas que te cuiden y te traten bien.

Me alegra recordar que no me rindo con facilidad, que siempre me levanto, que la verdad no triunfa ahora, no hay problema, tarde o temprano lo hará, lo sé.

Me alegra pensar en los preciosos ojos de mi madre cuando sonríe, en esos ojos verdes grandes y brillantes llenos de amor, dulzura y ternura, que en poco tiempo volverán a ser los que han sido siempre.

Me alegra saber que no estoy sola, nunca lo estoy. Siempre tengo a un ejército a mi alrededor que con una frase, un abrazo, una caricia, un tuit, un whatsapp me cuidan, me piensan, me quieren.

Malas épocas traen enseñanzas, malas épocas que afloran tus debilidades para mostrarte tus fortalezas.

Malas épocas, bienvenidas. Os podéis quedar, pero solo un rato.

AÑO I d. C. (después del Cáncer)

Tal día como hoy, hace un año, me diagnosticaron un tumor colorrectal.

Ayer me dieron el alta hospitalaria después de haberme reconstruido el intestino. Ahora empieza el proceso de habituar a mi cuerpo a la hora de hacer mis necesidades, introducir nuevos alimentos en mi dieta y comer con tranquilidad, vigilando la digestión.

Se está cerrando una etapa que a día de hoy ya dura 365 días, el pasado viernes pasé el tribunal médico. Hasta finales de verano continuaré de baja médica para recuperarme completamente y poder volver a hacer vida normal.

Aunque ahora todo sean buenas noticias, no hay que olvidar los momentos vividos y no como un acto de flagelación si no como un acto de aprendizaje y maduración. Han sido unos meses de malestar pero también de amor, de dolor pero también de risas, de espera pero también de compañía.

Las cicatrices, visibles e invisibles, que te deja una enfermedad de estas características se han convertido en un arma que me da fuerza, que me recuerda que ser valiente no quiere decir que no puedas desfallecer en según que momentos. Que la lucha implica caer, rendirse; para luego, con ayuda de los tuyos, volver a levantarte y seguir peleando.

Ver mi debilidad me ha mostrado mi fortaleza.

ERES FUERTE

Hay días que estas 2 palabras me taladran el cerebro de una manera espantosa. Hay días que estoy hasta las mismísimas narices de escuchar, “Thalis eres fuerte, ya verás que esto va a ser una anécdota y luego lo recordarás con una sonrisa”.

Sí, sí, todo lo que queráis que si el rollo de que es una anécdota, de que si soy muy fuerte y toda la mandanga, pero aun así esta situación es tan surrealista y tan injusta, para todo aquel que la sufre, que todas estas palabras llenas de bondad y esperanza parecen un montón de estiércol, la verdad.