Hemisferio Izquierdo

Cuando la mente no para de pensar…

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ALTA MÉDICA DEL CÁNCER

Noviembre siempre había sido para mí el mes del cumpleaños de mi padre. Hace 5 años cobró más protagonismo debido a esto 21.

Cuando echo la vista atrás y recuerdo ese momento me embargan las mismas sensaciones de aquel y posteriores días. Ha pasado un lustro y, en ocasiones, parece que hayan pasado un millón de años, otras veces parece que fue ayer.

Afortunadamente este aniversario tiene como regalo el alta médica definitiva. Hoy 22 de noviembre el médico que me dio el diagnóstico ha dicho textualmente: te damos el alta médica del cáncer. Lógicamente seguiré teniendo que pasar controles puntuales, pero se han terminado las revisiones y pruebas semestrales.

Me siento feliz, aunque también soy consciente que debo enfrentarme a una situación nueva. Sólo deseo seguir gozando de buena salud y poder seguir disfrutando de mi familia, de mis amigos, del sol brillando en mi cara, del mar bañando mis pies, del viento moviendo mis rizos. De amar. De vivir.

¡Feliz vida!

LA INCOMBUSTIBLE ARREGUI

¡Esa es mi madre!

Tal día como hoy hace un año le diagnosticaron un tumor maligno, aquí lo expliqué IRONÍAS DE LA VIDA y desde el mes de diciembre que terminó su tratamiento, podemos decir que está como una rosa. Las revisiones así lo indican.

La vida te plantea pruebas, lecciones, situaciones en las que o te creces ante la adversidad y demuestras resiliencia o te dejas arrastrar y te rindes. En nuestro caso hemos sido afortunadas y hemos podido superarlo, ojalá hubiera más afortunados/as como nosotras.

La vida es un regalo maravilloso y procuraremos desenvolverlo cada día con la misma ilusión, al fin y al cabo para eso estamos aquí.

¡Feliz Vida!

Te quiero mama.

Y EL LOBO REGRESA A SU CUEVA

Lunes 4 de Mayo TAC.

Miércoles 6 de Mayo colonoscopia.

Viernes 8 de Mayo cita con el médico.

Así ha sido la semana, a grandes rasgos. Una semana donde intentas no pensar, no obsesionarte, no dejarte arrastrar por los fantasmas del pasado. Una semana donde el gélido aliento del lobo bañaba, en más ocasiones de las que me gustaría afirmar, mi nuca…

El miedo está ahí, ni muy grande, ni muy pequeño. No sé qué tamaño tiene, pero lo siento. Lo noto. Es frío, corta, electriza…

Afortunadamente, la paz, la calma, el sosiego vuelven a mí hasta dentro de 6 meses que deberé pasar otra revisión.

La vida son ciclos, este ciclo está haciendo que me enfrente al lobo muchas veces, nos miramos, nos sentimos, nos tememos. Así que: lobo, te invito a que vuelvas a la cueva, en unos meses nos volvemos a ver.

De momento, sigo ganando la partida. Y espero seguir ganándola.

¡Feliz Vida!

¡Salud!

DATOS RECURRENTES

¿No os da la impresión que hay datos, lugares y situaciones recurrentes en vuestras vidas? A mí sí, infinidad de veces.

Voy a hacerme la Mary Steenburgen en Philadelphia recordáis cuando le toca exponer el caso y empieza diciendo algo así: “Dato: Andrew Beckett siempre trabajó a un nivel muy bajo. Dato: Cometió un error muy grave en una demanda millonaria. Dato: Dice que es víctima de la mentira y el engaño. (…) Dato: El SIDA es una tragedia. Dato: Andrew Beckett se está muriendo”. Que de los nervios me pone este personaje en esta película, pero que bien lo hace.

Pues eso. Dato: Estuve 21 días de vacaciones en Gambia. Dato: 21 días después de regresar empecé a encontrarme mal (nauseas, fiebre, malestar estomacal). Dato: 21 días después de haber ido al médico todavía no saben que me ha ocurrido. Han descartado la malaria, no saben si puede ser una bacteria, una ameba o un parásito. Debemos seguir esperando, probablemente 21 días más. Este número siempre ha sido recurrente en mi vida, nací un 21 de octubre. Me emancipé con 21 años. Me instalaron el port-a-cath un 21 de julio. Me quitaron el tumor un 21 de noviembre.

Lugares recurrentes, en este caso el consabido Hospital Clínico, en teoría desde el mes de julio que tuve que ir para una revisión no debía volver hasta octubre para otra revisión. Pero no, mi cuerpo ha querido que este mes de septiembre tuviera que pisar constantemente esas instalaciones.

Situaciones recurrentes, como si estuviera viviendo un Déjà vu, cada vez que voy al hospital y tengo que explicar lo mismo uno y otra vez hasta el hastío. Es lo que hay, no me quejo.

Porque lo cierto es que del 12 al 23 de septiembre tenía vacaciones y no he podido hacer absolutamente nada de lo que tenía planificado porque me he encontrado bastante mal. Tenía unos billetes para ir a Oporto a visitar a mi amiga Yenny, me iba a Andalucía con mi amiga Maru a pasar 4 días a un cortijo que tiene. Pero tengo la capacidad de darle la vuelta a todo eso, ¿cómo? Pues es fácil:

  1. He podido acceder a la sanidad pública para que averigüen lo que me ocurre.
  2. He podido descansar y estar en casa tranquila.
  3. He podido volver a mi trabajo, en cuanto se han acabado mis vacaciones, porque soy de las pocas afortunadas que puede decir que tiene un trabajo en este país.
  4. Y no lo olvidemos, este verano he hecho uno de los viajes más inolvidables de mi vida al país más pequeño de África, Gambia.

Aunque digan que la recesión ha terminado, perdonad que me carcajee ante semejante ocurrencia, las cosas están muy mal, hay gente que lo está pasando realmente mal. Los que tenemos la suerte de tener salud, un techo bajo el que cobijarnos, comida que llevarnos a la boca, un trabajo (esto nos ocurre a menos gente de la que me gustaría, la verdad), familia y amigos somos afortunados. En la vida no hace falta tener mucho para ser feliz, sólo depende de cada uno. La felicidad se encuentra en nuestro interior, no fuera. Así que dejemos de buscar fuera, en lo que los demás poseen, en los bienes materiales o en las frivolidades consumistas que nos venden haciéndonos creer que eso nos dará la felicidad. Porque no es cierto.

Yo soy feliz, es una actitud.