Hemisferio Izquierdo

Cuando la mente no para de pensar…

MY SURVIVAL STORY

Y el día llegó.

Después de cruzar diversos correos electrónicos donde Martin me decía cosas como: ¿Qué tal la vida? Espero que estés bien y happy. Yo estoy bien. Y finalmente estoy terminando tu peli. He trabajado mucho…buscando la escénica de tu entrevista. Después de muchas horas montando las imágenes….finalmente entendí. Como persona, eres increíblemente positiva y por eso seguramente una inspiración para mucha gente, pero lo más impresionante es que también hablas sobre tu debilidad. No hay muchos pacientes que pueden hablar tan abiertamente sobre esto. Y yo creo que esto es lo que da fuerza a tu historia: que aceptas que eres débil.

Llegó el día donde me convertí en la protagonista de My Survival Story (Mi Historia de Supervivencia). Ya escribí que no soy muy dada a estar frente a una cámara, más bien todo lo contrario. Pero Martin me ha hecho un regalo, un regalo maravilloso.

Formar parte de este proyecto es algo que no imaginé nunca. Que la vida te siga sorprendiendo de este modo, te brinde oportunidades como esta y te hermane con personas como Martin, es formidable.

Es por eso que cada día debemos levantarnos de la cama y protagonizar nuestra vida. Ser valientes y enfrentarnos a ella. Y lo digo porque, últimamente, me he vuelto a dar cuenta que combatir el tumor me resultó más fácil que lidiar con algunas situaciones de la vida. El no ya lo tengo, de todo, así que debo luchar por lo que quiero y lo que creo. No tengo nada que perder y tengo todo que ganar.

Tengo una segunda oportunidad, así que aunque a veces haya dudas, incertidumbre, miedos, debo enfrentarme a mí día a día como lo hice cuando estuve enferma, a saber: con humor, un humor muy negro, pero humor al fin y al cabo; con garra, optimismo, alegría y fuerza; pero también con ira, miedo, sufrimiento, dolor y debilidad.

Soy libra, la balanza, así que me encuentro en un permanente juego de equilibrios  entre lo positivo y lo negativo, soy fuerte, pero también débil; soy inteligente, pero en ocasiones puedo ser muy necia (cosa que no soporto, para ser sincera); soy optimista, pero cuando me embarga el pesimismo me cuesta ver la luz y así podría seguir eternamente. Todos tenemos esta ambivalencia, forma parte de nuestro encanto, o no.

Aceptarme como soy fue una de las mayores enseñanzas que me dio mi cáncer y que, a día de hoy, me sigue enseñando.

Y aquí lo tenéis:

My Survival Story

LOS GUISANTES DE MENDEL O COMO LA GENÉTICA DETERMINA HECHOS

La wikipedia nos cuenta que: la genética es el campo de la biología que busca comprender la herencia biológica que se transmite de generación en generación.

El estudio de la genética permite comprender qué es lo que exactamente ocurre en el ciclo celular, (replicar nuestras células) y reproducción, (meiosis) de los seres vivos y cómo puede ser que, por ejemplo, entre seres humanos se transmiten características biológicas genotipo (contenido del genoma específico de un individuo en forma de ADN), características físicas fenotipo, de apariencia y hasta de personalidad.

Supongo que conoceréis las leyes de Mendel que rigen la herencia genética. Pues bien, hace una semana se abrió, de nuevo, el capítulo de la genética en relación con el tumor que padecí.

Parece mentira pero hay comunicación interhospitales, permitidme acuñar esta nuevo término, el caso es que me llamaron del Hospital Clínico porque una compañía farmacéutica está realizando un estudio genético a pacientes, menores de 50 años, que han padecido un cáncer de mis características. Me pidieron si quería participar y les dije que sí, lógicamente, todo lo que sirva para evitar que alguien pase por lo que pasé será bien recibido.

Os preguntaréis a qué venía lo de comunicación interhospitales pues a cuando la médica que me llamó y me comentó lo del estudio genético y me explicó el proceso, yo le recordé que cuando me diagnosticaron ya colaboré en un estudio genético y el resultado fue negativo. Pero ella me dijo que tenía conocimiento que hacía 6 meses que habían diagnosticado a mi madre de un tumor parecido, que no igual, y es ahí donde se ve que entre el Hospital del Mar y el Clínico hay comunicación.

El estudio lo lleva a cabo una farmacéutica, no me gusta, pero claro si quieres colaborar, en ocasiones debes pasar por el aro. No sé si hallarán algo, lo del componente genético siempre me hizo dudar, hasta el año pasado cuando a mi madre le diagnosticaron otro tumor y entonces ya no sabes qué pensar.

Dicen que el genoma de la cebolla es el doble de largo que el del ser humano, en otra vida quizás me dé por ser genetista. Quien sabe…

MI REINA MAGA

Mañana vienen los Reyes Magos.

Yo he pasado un rato con mi Reina Maga, mi madre. La he pasado a buscar en coche, hemos ido hasta la playa, hemos paseado, charlado y tomado un vermut juntas. Ella y yo solas.

Es el mejor regalo, disfrutar de su compañía, reír, sentir como el sol nos da calor en las mejillas. Ver que se encuentra bien, que cada día es más la Núria que todos conocemos y habíamos visto como se había ido, un rato, momentáneamente. Pero ha vuelto, cada día vuelve un pedacito más de ella, ese brillo en los ojos, esa paz que desprende siempre, esa ternura, ese sentido del humor. Aspectos de ella que estuvieron levemente eclipsados por los efectos de la quimioterapia.

Mi Reina Maga, mi madre, vuelve con ganas.

Mi Reina Maga, mi madre, tiene cuerda para rato. Así que afortunada es poco lo que me siento, porque cada día tengo un regalo y es que ella sigue aquí. No me hacen falta regalos materiales, porque lo intangible como el amor de mi madre no puede ser sustituido por nada del mundo.

NAVIDAD EN DEFCON 3

Para todo aquel que no esté familiarizado con el término DEFCON puede clicar encima de la misma palabra

Así es, queramos o no, estas fiestas nos “acercan” a nuestros seres queridos. Algunos habrán tenido que lidiar con 30 personas en un mismo comedor, otros hemos lidiado en plazas más pequeñas. Pero aun así estas fechas generan un momentáneo estrés, pasajero, aunque con la familia nunca debe bajarse la guardia.

Para mí, lo realmente importante, es que mi madre después de 6 sesiones de quimioterapia oral (debía hacer 8 pero se paró el tratamiento porque se consideró que las sesiones recibidas ya eran suficientes) lleva un mes donde cada día se encuentra mejor. Con más fuerzas, con más ánimo, menos cansada y recuperando las riendas de su cuerpo.

Eso es lo verdaderamente importante y no qué comeremos o qué regalaremos o a quién tendremos que aguantar en tal comida. Superar un cáncer es importante, saber que el odioso tratamiento se ha acabado, que a finales de enero tiene revisión y seis meses después de que empezara el segundo capítulo de El cáncer en mi familia podamos pasar página. Esta es la segunda Navidad donde uno de los miembros de mi familia está superando un cáncer, hace 3 años fui yo, ahora le ha tocado a mi madre. Creo que el cupo está completo.

Sólo deseo que tengáis salud, es lo realmente importante, porque si os falta os daréis cuenta de lo valiosa que es. Sé de lo que hablo.

¡Salud!

SUPERVIVIENTE

Se denomina superviviente o sobreviviente a aquella persona que logra mantenerse con vida en situaciones adversas y que por lo general habrían causado su muerte.

¿Lo soy? No lo sé, para Martin Inderbitzin sí lo soy.

¿Os preguntaréis quién es Martin? Pues alguien muy especial, alguien que ha creado un proyecto bonito, maravilloso, útil, necesario y que deseo tenga un largo recorrido y aparte de ser protagonista de una de las historias, colaborar buscando a otros supervivientes. Martin ha creado My Survival Story historias verdaderas, de pacientes para pacientes.

Hace un par de semanas mi amigo Albert Bellonch me escribió diciéndome que un amigo y compañero de trabajo buscaba a personas que hubieran superado un cáncer para este proyecto, Gio, su amigo, es a su vez amigo de Martin, en esta cadena de gente nos hemos encontrado Martin y yo. Nos conocimos el pasado jueves 18 de diciembre y la secuenciación ha sido la siguiente:

  • Después de una breve reunión en una tetería decidimos que nos encontraríamos el sábado 20 para grabar mi historia.
  • El sábado nos encontramos en un mercado, él iba acompañado de su encantadora y preciosa pareja Katerina, sueca, que por cierto al igual que Martin, él es suizo, habla castellano muy bien. Me grabó, comprando y paseando.
  • Hoy, domingo, ha venido a mi casa, me ha entrevistado largo rato, me ha grabado cocinando y luego hemos grabado en exteriores.

No podéis imaginar el proceso catártico que ha sido la entrevista que me ha hecho. He recordado muchas situaciones de las vividas durante mi enfermedad pero desde una perspectiva sana, positiva, de crecimiento y con ganas de seguir compartiendo mi experiencia para continuar desestigmatizando el hecho de padecer cáncer.

Martin me ha dicho que en breve mi historia estará colgada en la web. Me aterra el hecho de verme grabada, siempre me ha gustado estar al otro lado, grabando las historias que quiero contar. Pero ahora soy la protagonista, así que seguimos en el proceso de crecimiento, explicando mi historia donde veréis mi cara y mis gestos y no solamente la leeréis como en estos tres años y medio.

El cáncer sigue brindándome regalos, de muchas maneras, con muchas caras y no pienso desaprovechar ninguna de estas oportunidades.

Gracias Martin, por este fin de semana, por lo que ha representado la entrevista de hoy y por lo que está por venir, gracias de corazón.

MEJORAS & PEORAS

La novedad de empezar en un nuevo trabajo te da la oportunidad de vivir nuevas experiencias, de sentir nuevas emociones y sensaciones.

El pasado lunes empecé nueva andadura profesional, cuando empiezas en un lugar nuevo te debates entre el nerviosismo, la euforia, la discreción, la expectación, eres como un perro o un gato recién adoptado que tantea el terreno en el que ahora vivirá. Observas, hueles, escudriñas… al fin y al cabo somos animales y necesitamos sentirnos seguros en el espacio en el que habitamos.

Pues bien, de momento el balance es positivo. Mi responsable directa me dio la gracias por mi trabajo el segundo día de estar allí, lo tuiteé y hubo gente que me dijo que no me confiase. Lo lamento, creo en el ser humano, creo en la bondad de las personas y soy de la opinión que las cosas deben pedirse por favor y dar las gracias. Por lo que cuando esta buena mujer me agradeció que me hubiese quedado un rato más a terminar un trabajo que era urgente casi se me saltan las lágrimas. Estuve 6 años en la anterior organización y mis jefes nunca me agradecieron nada, a mí y a ninguno de mis compañeros. Mi experiencia y conocimientos en el mundo de los RRHH me dicen que un profesional se siente más motivado cuando recibe agradecimientos por el trabajo que realiza, si lo hace bien, claro está.

El viernes tuve que llevar una documentación a un registro y di con un funcionario muy amable con el cual mantuve una conversación muy interesante. Al ver de qué empresa venía me habló de su barrio, porque mi trabajo está ubicado en el barrio en el que él nació. El caso es que la conversación derivó en como el barrio había cambiado que había habido mejoras pero también peoras, al escuchar este término y ver mi cara de sorpresa me hablo de este artículo de Carmen Posadas La peora.

Habitamos este mundo en el que todo va a la velocidad de la luz, cada día aparece un invento o una idea que revolucionará nuestras vidas. Si a los inventos/ideas que nos invitan a mejorar, no a los que nos llevan a perder el norte, a dejar de decidir por nosotros mismos, a dejar de ser nosotros.

No me he convertido en ningún gurú y tampoco pretendo serlo, soy consciente que en los últimos cuatro años he vivido muchas situaciones que han hecho que me plantee las cosas de otra manera.

Ahora paro, me escucho y pienso.

Ahora analizo si lo que tengo delante es una mejora o una peora.

Ahora decido, tardo más o menos pero decido mi vida.

Ahora, no mañana ni ayer.

Ahora.

3 AÑOS YA

Es curioso cómo funciona el cerebro o, al menos, cómo funciona el mío. El pasado jueves me fui a Madrid a visitar a mi amiga Elena, que está haciendo un curso y de paso visitar a otro amigo Iñaki. Ambos planificaron un montón de actividades para los cuatro días que iba a pasar allí, Parapark, Segovia, comer sin parar y recorrer Madrid que es una ciudad amable y maravillosa.

El caso es que mi mente, mi memoria y mi cuerpo el viernes 21 me decían, subliminalmente, hoy es una fecha señalada. De repente caí en la cuenta que hacía tres años que me habían operado, que me habían extirpado el tumor y que la vida daba otro giro de 360º debido a lo que habían decidido hacer en quirófano y que ya relaté aquí .

Por un momento, me sentí muy extraña, como si no le estuviera dando a ese día el espacio que merece. Luego reflexioné y me di cuenta que celebraba la vida, que cada día celebro la vida y que no podía estar en un lugar mejor que con personas a las que quiero mucho en una ciudad maravillosa viviendo el momento presente.

Hoy he empezado en un trabajo nuevo, nuevas caras, nuevo ambiente, nuevas tareas, novedad, expectación y ganas, muchas ganas. Así quiero que sea siempre todo con ganas, con ilusión y disfrutando de cada momento.

Porque el tiempo pasa muy rápido y ya han pasado 3 años y sigo sumando distintos aniversarios que siempre me recuerdan que estoy viva y que merece mucho la pena vivir la vida, saborearla y compartirla con la gente que se cruza en tu camino.

YO, ENERGÍA

Jorge Drexler, el cantante de las palabras esdrújulas, compuso una canción que tituló Todo se transforma, el estribillo dice así:

Cada uno da lo que recibe
y luego recibe lo que da,
nada es más simple,
no hay otra norma:
nada se pierde,
todo se transforma.

Es cierto, nosotros somos energía, todo lo que acontece a nuestro alrededor viene provocado por nuestra actitud y la energía que proyectamos en cada uno de nuestros actos y así nos será devuelto. Esta semana he podido comprobarlo en carne propia.

Me explicaré, llevo desde el 8 de octubre de baja médica, los que me conocéis sabéis que soy una persona muy activa, siempre estoy en continuo movimiento, trabajo, voluntariado, familia, amigos, blog, redes sociales, viajes…. Pues bien, mi cuerpo no pudo más y ha necesitado parar, he necesitado parar. Durante este mes que llevo de baja he podido replantearme mi vida, mi profesión, mis ambiciones y mis anhelos, pero sobre todo he podido escuchar a mi cuerpo.

Mi cuerpo, ese recipiente donde bullen miles de ideas, pensamientos, estados de ánimo, emociones, sensaciones, alegrías, miedos… A raíz de mi enfermedad me permití escucharlo y conectarme con él. Y como la parte que enfermó fue mi intestino delgado, denominado el segundo cerebro y por el cual pasan las emociones, se convirtió en un filtro energético muy potente.

Durante muchos meses he vuelto a tener desarreglos intestinales, no me sentía bien emocionalmente y mi cuerpo somatizaba. Después de mucho pensar, sopesar pros y contras he decidido que mi salud y mi felicidad están por encima de todo y he decidido cambiar de trabajo. Para alguien con un enfermizo sentido de la responsabilidad como yo es complicado dejar un trabajo sin tener otro, pero mi cuerpo me hablaba y me decía que no había otra alternativa. Así que, no sé si seré valiente o una loca, sólo sé que me siento bien, que estoy feliz y que desde que tomé la decisión duermo y estoy tranquila. Llevaba mucho tiempo agotada, literalmente.

Sé lo que es perder la salud y no quiero que vuelva a pasarme y es más, no quiero sentirme una irresponsable por no cuidarme.

Soy energía, mi cuerpo es el templo donde esa energía se transforma así que a cuidarlo y a ser feliz.

LAS EDADES

¿Sabías que la edad cronológica (el número de años que hemos vivido) y la edad biológica (los años que tiene nuestro cuerpo) no tiene por qué coincidir?

En base a esta pregunta me puse a investigar y encontré una calculadora donde te preguntaba varios datos personales: sexo, edad, antecedentes familiares, estado de salud, vida laboral, estado civil etc… Como resultado obtuve: esperanza de vida estándar 79,5 años, esperanza de vida biológica 106,5 años.

Tiene gracia, mi abuelo siempre dijo que quería llegar a los 115 años porque había un armenio en su pueblo que había alcanzado los 114 años y él, lógicamente tenía que superarle. Mi abuelo fue centenario, pero no alcanzó la edad deseada ya que falleció a la edad de 101 años, 1 mes y 8 días.

Mi bisabuela falleció con 94 años y una de mis abuelas con 95 años, la otra todavía vive y tiene 84 años.

En mi familia, tanto por la vía paterna como por la materna, son longevos. Yo siempre me he visto como una abuelita, desde niña, llegando a anciana pero sin perder esa curiosidad por aprender cosas que tanto me caracteriza. Aun cuando estuve muy enferma pensé que llegaría a vieja, lo sabía, lo sentía.

Hoy cumplo 35 años. Estoy en la tercera parte de mi vida, todavía me faltan 2/3 partes por vivir, por amar, por luchar, por compartir, por soñar, por viajar, por leer, por escribir, por ver, por aprender…

A medida que voy cumpliendo años pienso en mis padres y en cuál era su situación con la edad que yo cumplo, a sus 35 años mi madre tenía 2 hijos una de 12 años (yo) y otro de 10 (mi hermano). Yo no tengo hijos. Mi padre a los 35 años empezaba a hacerse un hueco en el mundo de los servicios auxiliares en conciertos, festivales y eventos culturales de todo tipo; con su propia empresa. Yo no tengo una empresa.

¿Sabían lo que querían en ese momento? ¿Estaban seguros de sus vidas a la edad que yo acabo de cumplir? Supongo que sentían tanta incertidumbre como la que yo tengo. Supongo que nunca estamos seguros de nada de lo que acontece a nuestro alrededor, pero lo vamos sobrellevando como podemos y lidiamos con las diferentes pruebas que nos plantea la vida como mejor sabemos. Eso será madurar. Eso será crecer y hacerse mayor.

¿Hacerse mayor? Eso que siempre deseas cuando eres niña y cuando eres adulta parece que no acaba de llegar. ¿No tenéis esa sensación a veces? Ya lo escribí en un post anterior. ¿Esto es hacerse mayor? ¿La vida que tengo es la de una persona adulta? No es que lo dude, es que supongo que siempre pensé que sería otra cosa distinta.

Desde que cumplí 30 años han ocurrido en mi vida muchas cosas que, a veces, parece que son demasiadas para una sola persona en tan poco tiempo. Pero han ocurrido y las he superado, más o menos. Así que echo la vista atrás y pienso… en los últimos 4 años han pasado bastantes cosas y estás cansada, lo sabes, pero acabas de cumplir 35 años y si sigues con la creencia que vivirás 70 años más debes ser lo suficientemente objetiva para saber que los dramas, los problemas, las dificultades no se limitarán al primer tercio de tu vida y que vendrán más. Sólo depende de ti elegir como afrontarlos y superarlos. Pero también sabes que te esperan infinidad de sueños cumplidos, de felicidad recibida y regalada, de alegrías y de amor.

Así que, aquí estoy, en el primer tercio de mi vida habiendo aprendido múltiples lecciones e intentando no olvidarlas para poder seguir siendo mejor persona y poder seguir dando lo mejor de mí. Porque para eso estoy en este mundo, para hacer de él un lugar mejor y contribuir a la felicidad de los que me rodean. Y ser feliz con mi cometido y mi vida.

¡Feliz primer tercio vital Thalis! ¡Feliz Cumpleaños! ¡Felices 35! ¡Feliz vida!

EN EL ECUADOR MATERNO

Pues sí, mi madre está en el ecuador de su tratamiento y lo está llevando genial.

Con una sonrisa siempre en la cara, con unos resultados en las analíticas asombrosos y…. con ganas de que termine, para que engañarnos. Pero se encuentra bien, dejando de lado el cansancio y por eso su oncóloga quiere que siga. Así que p’alante como los de Alicante. Cada vez queda menos, sólo quedan 4 sesiones, 3 meses aproximadamente, ahora sí que vamos descontando y pronto podremos celebrar que este capítulo se cierra.

Enhorabuena mama por ser tan buena paciente, estar tranquila, contenta y con ánimo. Y gracias por este regalo de pre-cumpleaños con tus defensas a tope.

Seguimos en la lucha, con una sonrisa.

CONVERSACIONES (MÁGICAS) CON DESCONOCIDOS vol.I

Hoy, he ido a ver a mi madre. He ido con el coche y cuando estaba aparcando delante de un colegio, un niño a través de la valla me ha dicho: ¡Amiga! ¡No! (moviendo el dedo de izquierda a derecha). Le he sonreído y he seguido maniobrando hasta que he estacionado.

Cuando he salido del coche hemos mantenido la siguiente conversación:

Él: Amiga, ¿por qué el coche hacía ese ruido?

Yo: El coche es viejo y cuando giro el volante completamente a la derecha o a la izquierda siempre hace ese ruido. Es que tiene 14 años. ¿Tú cuántos años tienes?

Él: Tengo 9.

Yo: Pues mira, el coche tiene más años que tú.

Él: ¿Cuánto hace que lo tienes?

Yo: Casi un año.

Él: (Cara de sorpresa).

Imagino que estaba intentando comprender como podía tener 14 años el coche y que sólo hiciera un año que yo lo tenía.

Él: ¿Vives aquí?

Yo: No, vive mi madre. He venido a verla. Yo vivo un poco más lejos.

Él: ¿Dónde vives?

Yo: ¿Sabes la plaza de las Glorias que hay una torre muy alta y grande, que se ilumina de distintos colores? ¿La Torre Agbar?

Él: Si.

Yo: Pues yo vivo muy cerca.

Él: Por eso vienes en coche a ver a tu madre.

Yo: Exacto.

Yo: ¿Qué curso haces?

Él: Tercero (haciendo el número 3 con los dedos).

De repente aparece una renacuaja rubia con el pelo largo, sin las palas delanteras sonriendo y exultante de alegría, se acerca a la valla corriendo.

Ella: ¡Hola!

Yo: ¡Hola!

Él: Yo soy Manuel, ella es Montse.

(Ha sido cuando he deducido que eran hermanos).

Ella: Y allí está José.

Él: Mi madre se llama Pilar y mi padre Manuel.

Yo: Así que sois tres hermanos.

Él y Ella: Siiiiiiiiiiiiii!!!!!

Yo: Muy bien, ¿es la hora del recreo no?

Él y Ella: Siiiiiiiiiiiiii!!!!!

Yo: ¿Os gusta el cole?

Él: Si (con desgana).

Yo: Bueno, yo me tengo que ir, ¡estudiad mucho!

Él y Ella: Siii.

Y por estas cosas sencillas de la vida es que merece seguir día a día. Este niño, con su inocencia, actitud despreocupada y curiosidad me ha trasladado a mi parte niña. A la que quiere seguir soñando, viviendo, riendo y siendo feliz.

Gracias Manuel, pícaro sabio.

 

MALAS ÉPOCAS

Una mala época, es lo que hay. Lógicamente no será eterna, pero me entristece un poco pensar que a escasos 15 días de mi cumpleaños me siento así.

Me entristece ver como hay cosas a mí alrededor que por más empeño que ponga parece que nunca cambiarán.

Me entristece ver como hay personas tan infelices que su vida pasa por amargarle la existencia a los que se encuentran cerca.

Me entristece ver como la verdad no triunfa, la mayor parte de las veces.

Me entristece ver como un tratamiento preventivo está dejando KO a mi madre, aunque como una campeona que es cada día sonríe un poco, cada día hace un poco para seguir adelante, pequeños pasos que lentamente la llevan al final de este proceso.

Me entristece ver cómo me dejo arrastrar por los pensamientos negativos y mi bajo estado de ánimo.

Pero la optimista que hay en mí, últimamente muy escondida, debe hacer el esfuerzo de sacar para fuera las telarañas así que intentaré equilibrar la balanza.

Me alegra saber que esto es temporal y que pronto regresaré con la voluntariedad y el entusiasmo que tanto me caracterizan.

Me alegra saber que nada es permanente y que quien ahora te ataca mañana puede que no se encuentre a tu lado y haya otras personas que te cuiden y te traten bien.

Me alegra recordar que no me rindo con facilidad, que siempre me levanto, que la verdad no triunfa ahora, no hay problema, tarde o temprano lo hará, lo sé.

Me alegra pensar en los preciosos ojos de mi madre cuando sonríe, en esos ojos verdes grandes y brillantes llenos de amor, dulzura y ternura, que en poco tiempo volverán a ser los que han sido siempre.

Me alegra saber que no estoy sola, nunca lo estoy. Siempre tengo a un ejército a mi alrededor que con una frase, un abrazo, una caricia, un tuit, un whatsapp me cuidan, me piensan, me quieren.

Malas épocas traen enseñanzas, malas épocas que afloran tus debilidades para mostrarte tus fortalezas.

Malas épocas, bienvenidas. Os podéis quedar, pero solo un rato.

VAQUERA OCEÁNICA

Tenía 8 años, estaba en la playa de Zarautz. Nos acabábamos de mudar a vivir allí porque a mi madre le habían ofrecido un buen trabajo.

El caso es que en esa playa vi a los primeros surferos en vivo y en directo, cabalgando olas, surcando el mar Cantábrico, enfrentándose a uno de los elementos que más aprecio y mejor me hace sentir, el agua.

En ese preciso instante pensé, un día lo probarás, te subirás a una tabla e intentarás ponerte en pie sobre ella mientras “coges” una ola. Y 26 años más tarde el sueño se hizo realidad.

La semana pasada estuve en Somo (Santander) recibiendo mi primer curso de surf y espero que no sea el último. No negaré que es un deporte duro, requiere constancia y muchas ganas de intentarlo una y otra vez. Porque, tengo las piernas llenas de hematomas, el pasado miércoles la tabla salió volando y me la estampé en toda la boca y al día siguiente la tabla volvió a salir volando y me golpeó en toda la tráquea que me quedé sin aliento unos segundos. Pero aun así, me encantó, me encanta y seguiré con ello.

Es mágico cuando algo que has soñado durante mucho tiempo lo experimentas y supera tus expectativas y te hace inmensamente feliz.

Damas y caballeros una  nueva parte de mi está saliendo a la palestra, la vaquera oceánica ha venido para quedarse.

Paz, amor y olas, muchas olas.

CUANDO SEA MAYOR…

Supongo que todos hemos pensado eso en nuestra infancia y adolescencia, en mi caso pensaba “cuando sea mayor seré antropóloga, rodaré documentales por todo el mundo y escribiré sobre una de mis pasiones: las relaciones humanas; cuando sea mayor tendré clarísimas un montón de cosas, sobre mi persona, mi vida, mi futuro profesional; cuando sea mayor habrá miles de cosas de las cuales no tendré que preocuparme; cuando sea mayor…”.

Pues bien, soy mayor, no muy mayor pero dentro de lo que marcan los convencionalismos sociales soy una mujer adulta, en poco más de dos meses cumpliré 35 años, así que soy mayor. Mayor que cuando tenía 17 pero menor que cuando tenga 52.

Y no, no soy antropóloga, aunque siguen apasionándome muchas de las temáticas que se tratan en ese ámbito y leo, leo e investigo. El documental vendrá, no sé cuánto tardará pero haré uno, al menos. Espero, si no, poder hacer más. Escribir, eso si lo hago, en este blog, desde hace 3 años y el desencadenante de todo esto abrió una puerta que espero que nunca se cierre. Hoy he hecho un test de esos que corren por internet que se titula “¿Qué profesión deberías haber seguido?” y el resultado que he obtenido ha sido escritora. Me ha hecho mucha gracia, espero que el resultado tenga algo de premonitorio.

Supongo que no soy la única de mis amistades y personas de mi generación que después de haber estudiado mucho se han dado cuenta que la tarea que desempeñan no les satisface. Estudiamos, nos preparamos y soñamos con muchas cosas, pero imagino que la influencia del consumismo nos arrastra a querer cambiar. En mi caso, después de mucho analizar no sé si está tan relacionado con la sociedad en la que vivo si no más con situaciones personales que me hacen ver las cosas de una manera clara.

¿Estamos condenados a mantenernos en un mismo sitio porque el sistema así lo obliga? No lo creo, bueno al menos llevo una temporada que no pienso que sea así y poco a poco me lo voy creyendo. Sólo hay que ser lo suficientemente valiente para cambiar esa parte que te atrapa, te paraliza y te bloquea para que no puedas dar el salto que pretendes.

Creo que cada día estoy un poco más cerca de vencer el miedo a buscar lo que quiero. No me preguntéis como lo estoy haciendo, porque una parte de mi cerebro se pasa gran parte del tiempo analizando cual es el mecanismo y cuando la maquinaria se disparó, así que lo mejor que puedo hacer es dejar fluir y arriesgarme a ver cuál será el resultado.

SI QUIERES, PUEDES. SI PUEDES, DEBES.

No sé qué tiene el verano que te transporta a un estado en el que crees que todo es posible. No sé si es el sol, que los días son más largos, que estamos de mejor humor, pero al menos, en lo que a mí respecta, esta estación me hace pensar que todo lo que quiero hacer puedo lograrlo, que todos los cambios que quiero llevar a cabo son posibles y que la solución a muchas situaciones están a la vuelta de la esquina.

Ya escribí en un post anterior que en septiembre suelo hacer balance de cómo han acontecido los meses del año en curso. A mediados de este año llegó a mi familia una noticia inolvidable, la protagonista era mi madre.

La heroína en cuestión ha superado fantásticamente bien su primera tanda de quimioterapia oral, hace 4 días empezó la segunda tanda. En breve habrá pasado un mes desde que empezó el tratamiento. Así que en cuanto nos demos cuenta habrá llegado a la línea de meta en esta carrera de fondo que está corriendo. Y lo está haciendo con ganas, con optimismo y con esa preciosa sonrisa que viste su cara siempre y con grandes dosis de buen humor. Así es mi madre, ¡damas y caballeros!

¿Cómo no voy a pensar que todo es posible, en esta época? Nunca nos rendimos, siempre luchamos.

Una vez alguien me dijo: “el cementerio está lleno de valientes”, en cuanto me lo dijo no analicé el mensaje de manera inmediata, tiempo después pensando sobre el conformismo le di la vuelta a esa frase y pensé “el mundo está lleno de cobardes”. No me considero para nada cobarde, así que en los próximos meses todos y cada uno de los pensamientos, situaciones y cambios que ahora creo que son posibles DEBO materializarlos, DEBO creerlos, me los DEBO a mi misma y a lo que soy.

Si quieres, puedes. Si quieres, debes.

TIEMPO DE DESCUENTO

Tal día como hoy, hace 3 años, empecé mi primer tratamiento de quimioterapia, acompañado de 25 sesiones de radioterapia.

Ayer mi madre empezó su tratamiento de quimioterapia, unas pastillas que la van a transportar al mundo de “mi cuerpo no me pertenece”, porque eso es lo que produce la quimioterapia. El estado de no sentir que estás dentro de tu cuerpo, es una mezcla de extrañeza, asco y desasosiego.

Así que cada día que pasa es un día menos, un día menos de tratamiento, pero un día más de mostrar su fortaleza, entereza, paciencia y capacidad de lucha.

Nos esperan 6 meses de 2 semanas de tratamiento y 1 de descanso.

Nos esperan 6 meses de malestar, pero también de risas, muchas risas.

Nos esperan 6 meses de cansancio, pero también de acompañamiento.

Nos esperan 6 meses de lucha, pero también de amor, mucho amor.

Nos esperan 6 meses, pero en ellos habrá cines, libros, charlas, juegos…

Y simplemente estar a tu lado, en todo momento, para todo lo que me necesites.

Te quiero mama ¡Podemos!

PALABRAS QUE NO QUIERES ESCUCHAR

El pasado 25 de junio le extirparon un tumor y unos ganglios a mi madre. La operación fue muy bien, la espera fue realmente larga porque la bajaron a quirófano a las 10:40 y hasta las 20:20 no la subieron a su habitación, pero cuando la vi me invadió una alegría inmensa, estaba allí grogui pero sonriéndome y dándome la mano.

Al día siguiente ya se encontraba fenomenal, caminaba, pudo ingerir líquidos y sentarse como si nada, bueno casi. Al cabo de 5 días le daban el alta médica.

Los siguientes 15 días fueron de cuidados, de paseos, de risas, muchas risas. Mi madre y yo hablamos de mil cosas y siempre reímos mucho, lo cierto es que la persona con la que soy más payasa del mundo es con ella, soy feliz con mi madre y me hace feliz hacerle reír.

Pero hoy, se me ha torcido el gesto, tenía cita con su oncóloga. La he acompañado, éramos muy optimistas, creíamos que no tendrían que administrarle quimioterapia. Pero no, el destino ha querido UNA VEZ MÁS, ponernos a prueba. Si fuera creyente pensaría que Dios nos está poniendo una prueba que debemos superar, que ya nos puso una con mi enfermedad y que ahora, DE NUEVO, nos está probando. Pero no profeso ninguna religión, así que me encomiendo a lo que la vida nos está intentando enseñar, busco respuestas, indago, me vuelvo un poco loca, me pregunto y repregunto una y otra vez ¿por qué?

Os preguntaréis cuáles son las palabras que no quiero volver a escuchar, pues que le den una tanda de quimioterapia combinada, del Fluoracilo no tengo nada que decir porque fue bastante leve pero del Oxaliplatino, mejor no hablemos, él y yo no somos grandes amigos. Ya expliqué en este post los efectos secundarios que provoca: https://hemisferioizq.wordpress.com/2012/01/12/21112-a-las-12-horas/

Así que bueno, después de cagarme un rato en todo, no queda más remedio que volver a luchar, de seguir haciendo reír a mi madre y de acompañarla en todo este proceso. La que fue escudera en mi batalla se ha convertido en la líder de su propia historia y yo la sigo y le cubro la espalda, fiel e incansablemente. Porque no hay mejor manera de devolverle lo que hizo por mí que estar a su lado ahora, ahora y siempre.

Te quiero mama ¡Podemos!

ODA A MI PORT-A-CATH

Después de casi 3 años conmigo, el aparato que veréis a continuación, ha sido  retirado de mi cuerpo.

Port-a-cath

Adiós port-a-cath, gracias por haber formado parte de todo este proceso, gracias por haber hecho tu función fielmente.

Hoy, cuando estaba en el quirófano, he tenido la siguiente conversación con el cirujano:

Cirujano: Te haré una incisión y escarbaré porque después de tres años seguramente estará completamente recubierto.

Yo: De acuerdo. ¿Qué haréis con el port-a-cath una vez me lo saquéis? ¿Lo esterilizáis y lo volvéis a implantar?

Cirujano: No, lo tiramos.

Yo: ¿ME LO PUEDO QUEDAR? (con mucho entusiasmo)

A todo esto yo estoy tumbada, la zona esterilizada y anestesiada y él medico escarbando con el bisturí.

Cirujano: Claro, hay mucha gente que se lo quiere quedar otros no, no lo quieren ver más.

Yo: ¡Pero como no lo voy a querer! ¡He convivido con él casi 3 años!

Y después de unos 45 minutos de intervención, de haber cerrado la incisión y de limpiarme. El cirujano me ha dado las instrucciones de cuidado e higiene de la herida y me ha hecho entrega de mi port-a-cath.

Adiós port-a-cath que has estado en mi cuerpo 1059 días.

Hola port-a-cath que pasarás a ser o un llavero o una obra enmarcada, todavía tengo que decidirlo.

AÑO III d. C. (después del Cáncer)

Hoy hace 3 años que escuché a un médico decirme que tenía un tumor.

Hoy he asistido al “X Encuentro de Voluntariado en el ámbito oncológico”.

Hoy hace 10 días que le diagnosticaron un tumor a mi madre.

Recapitulemos por un momento, me diagnostican un cáncer; me hacen pruebas para determinar el tratamiento que recibiré; me instalan un port-a-cath; me administran quimioterapia y radioterapia; me extirpan un tumor y unos ganglios malignos; me practican una ileostomía; sufro dolorosísimas oclusiones intestinales durante casi 7 meses; me vuelven a administrar quimioterapia y con la tercera sesión me desmayo en mi casa y paso una semana creyendo que moriré por el estado en el que me encuentro; paran el tratamiento de quimioterapia preventiva; reconstruyen la ileostomía; recupero la normalidad física y vital progresivamente.

Todo eso que he relatado en 8 líneas duró más de un año. Todo eso creó un poso en mí, su sombra es muy alargada y cuando creo que poco a poco lo voy superando ligeramente, cada día es un día más, cada día queda más lejos aquel año… pues ocurre que el cáncer quiere seguir presente de alguna manera. Pero no lo digo con connotaciones negativas, lo digo como la enseñanza vital que es. En mi caso aprendimos muchas cosas, en el caso de mi madre seguiremos aprendiendo muchas otras. De momento las noticias son positivas y como optimistas y realistas que somos seguiremos confiando en que aprenderemos una gran lección de lo que estamos viviendo y lo superaremos.

¡Feliz tercer aniversario!

¡Feliz vida!

PD: Casualidades de la vida, este es el post número 100 del blog.

IRONÍAS DE LA VIDA

La vida, el destino, las conjunciones planetarias… tienen un sentido del humor muy peculiar. Hoy 4 de junio faltan 10 días para el tercer aniversario del diagnóstico del cáncer que padecí. Hoy 4 de junio le han diagnosticado un tumor maligno a mi madre.

Yo, que me considero optimista, luchadora y vitalista me he quedado en estado de shock cuando me ha dado la noticia. Además tengo unas ganas inmensas de quemar mobiliario público y de cagarme en la puta estampa de todo dios.

En mi humilde opinión hoy, todo, absolutamente todo, es una mierda como un piano.

Nadie merece pasar por esto, mi madre ya cuidó de mí durante todo el proceso, lo cierto es que lleva cuidando de mí los 34 años que hace que existo. Así que creo que en la lotería del cáncer el número agraciado es erróneo. Me retrotraigo a 3 años atrás y vuelvo a pensar que se han confundido con el diagnóstico.

Todos queremos a nuestras madres, las respetamos, las admiramos, las defendemos, las cuidamos, las adoramos, quizás todos no. Yo sí. Mi madre, es una mujer extraordinaria, con una paciencia infinita, un sentido del humor maravilloso, una inteligencia y ganas de aprender desbordantes, cocina de fábula y sabe dar amor, escuchar y cuidar. ¡Ah! Y huele deliciosamente bien.

Así que, si en este segundo capítulo de “El cáncer en mi familia” dicha enfermedad pretende vencernos, lo lleva claro. Sabemos ante qué nos enfrentamos y cómo defendernos. Y lo que es mejor, el cáncer no sabe el equipo que formamos juntas. Así que, ya que nadie te ha invitado (tumor) a la fiesta de la vida de Núria, esperamos que te marches cuanto antes.

Te quiero mama, vamos a poder con esto, como hemos podido con todo lo demás.

PD: Pido disculpas por los improperios del principio, pero es que estoy procesando la noticia y necesito un tiempo.

NO HAY MAL QUE CIEN AÑOS DURE

Este refrán, que se dice como consuelo ante una adversidad para recordarnos que esta es pasajera siempre, pues nada se eterniza, reafirma lo que escribí la semana pasada. Cuando vivimos una época incierta, será mejor que la aceptemos porque cuando menos lo esperemos una pequeña noticia puede hacer que nuestro estado de ánimo cambie por completo.

Ayer tuve revisión en el hospital, soy completamente consciente que estas últimas semanas he podido estar más alicaída sobre todo por eso, esperar resultados médicos siempre te provoca desasosiego, más cuando tienes unos antecedentes como los míos. El caso es que todo fueron buenas noticias TAC perfecto, índice tumoral bajo. Y es curioso porque estas dos informaciones son extraordinariamente positivas pero lo que me hizo más ilusión fue que me dijera la doctora que me iban a retirar el port-a-cath.

Se cierra un capítulo, el 21 de julio de 2011 me implantaron el port-a-cath, a través de él me administraron quimioterapia y me extraían sangre. Lo expliqué en este post: ESTO ES LO QUE VAMOS A HACER

Eso no quita que también piense ¿qué pasará si vuelve el cáncer? Algún día, podría volver a ocurrir. Porque claro, cuerpo conocido, ya sabe cómo se siente en mi organismo y aunque es un huésped hostil y no lo quiero ver nunca más existe la posibilidad que le dé completamente igual. Y pienso, ¡madre mía! ¿Otra vez me lo tendrían que implantar? Entonces procuro ser práctica y pienso disfruta de esta buena noticia y saborea el triunfo de una batalla ganada.

Y la balanza parece que está equilibrada, de momento, no bajo la guardia pero tampoco soy catastrofista. Porque ya sabemos que no hay mal que cien años dure.

¿CÓMO ESTÁS? PUES… CON DESASOSIEGO INTERMITENTE

¿Cuánto hace que estalló la crisis financiera mundial? Alrededor de 7 años. ¿Cuánto tiempo tardó en afectarnos personalmente a todos? Cuando digo personalmente no me refiero al aspecto económico y profesional, si no a como esta situación nos afectó emocionalmente. Imagino que vinieron ligadas ambas crisis, una llevó de la mano a la otra.

En los últimos 7 años hemos podido ver como familiares y amigos han perdido sus empleos, hemos visto como algunos han tenido que volver a casa de sus padres, otros acabar aceptando situaciones insostenibles en sus puestos de trabajo porque la alternativa no es más halagüeña, otros marcharse del país y así sucesivamente. Todas estas situaciones, más las que cada uno en su propia vida haya podido padecer se han instalado en nuestro día a día, han hecho mella y en ocasiones hacen que convivas con un estado de desasosiego intermitente.

Y la finalidad de escribir sobre este tema no es otro que el de aceptarlo, abrazarlo, convivir con él, escucharlo y una vez superado dejarlo marchar. Seguro que vuelve, al fin y al cabo todo, absolutamente todo, es cíclico. Pero más importante que todo eso es que si no estás bien, no te mientas, yo no lo hago, cada vez que me preguntan cómo estoy respondo la verdad. Eso sí queridos amigos, hay mucha gente que no está dispuesta a escuchar la verdad o peor que eso no sabe cómo enfrentarse a ella. Mucha gente me ha oído decir que no soporto los convencionalismos sociales, no los soporto, de verdad. Si no estás preparado para escuchar una respuesta distinta a la que esperas, no preguntes. Llevo una temporada que he tenido conversaciones tipo esta:

Persona X: ¿Qué tal? ¿Cómo Andas?

Yo: Pues no muy bien, la verdad, últimamente las cosas no funcionan como a mí me gustaría y estoy en un estado de desasosiego. Días mejores que otros, pero estoy trabajando en ello.

Persona X: Bueno, anímate, pronto pasará.

Y entonces cuando intento profundizar en los temas en cuestión que más me pueden preocupar pues seguimos con la retahíla de frases de ánimo tan manidas y cansinas. ¿No puede aceptar la sociedad que no tengas un buen día? ¿Quién narices estableció que absolutamente siempre tenemos que estar contentos, felices, despreocupados? Con esto no quiero decir que tengamos el ceño fruncido y con cara de Sherlock Holmes indagando en nuestro interior a perpetuidad, solamente que aceptemos que es igual de positivo tener una buena época como una mala. Ese conflicto nos hará crecer. Ese conflicto será el catalizador para cambiar aquello que nos está generando ese estado de desasosiego. Ese conflicto será el despertar.

Y en serio, aceptemos los días malos de los demás, escuchemos al otro, si estamos preparados para hacerlo, cuando preguntemos oigamos qué tiene que decir, no proyectemos la respuesta estándar, porque esta no existe (es un convencionalismo social) como: ¿Qué tal estás? Bien, gracias. Si esperas eso, no preguntes.

Los días donde no te sientes tan satisfecho contigo mismo no tienen que ser una hecatombe mundial, son seísmos internos que te empujan a cambiar lo que no te gusta.

LECCIÓN VITAL: DAR vs. RECIBIR

Creo que alguna vez he escrito que hace varios años que soy voluntaria en la Fundació d’Oncologia Infantil Enriqueta Villavecchia

Del 30 de marzo al 5 de abril he estado haciendo voluntariado en Andorra con cerca de 40 chavales que comprendían entre los 7 y los 20 años. Durante 6 días, 1 coordinadora, 2 médicos, 2 enfermeras y 8 voluntarios hemos podido disfrutar, aprender y compartir unos momentos inolvidables, con los chavales y entre nosotros.

Cuando hago voluntariado con estos niños obvio el hecho que tengan cáncer, el cáncer es una circunstancia en sus vidas, una circunstancia lamentable, molesta, agotadora, cansina, en ocasiones interminable… pero una circunstancia, así que mi propósito es que se sientan niños que no padecen esa circunstancia, porque ya son demasiado conscientes durante el resto de sus días de lo que están viviendo y, a veces, sufriendo.

Estos días han sido una lección, una lección de las que deseo que no se me borren nunca de mi mente y mi corazón. ¿Por qué? Porque he visto, de nuevo, en personas con una trayectoria vital muy corta lo que es la resiliencia, ya escribí sobre este tema en ¿RESILIENCIA O NO TENER ELECCIÓN?

Porque he tenido la oportunidad de “olvidarme” de mi realidad y poder sumergirme en una realidad que es más pura, con más significado y que da sentido a mi vida.

Estos días he conocido a unos chavales maravillosos con distintas realidades que me sirven para aprender, crecer y avanzar.

Estos días he conocido a unos adultos que me demuestran que puedo seguir confiando en el ser humano, que no soy una ilusa empedernida, que el mundo es de los valientes que están dispuestos a renunciar a una parcela de sus vidas para hacer algo por los demás. Que las personas somos muy distintas pero, en ocasiones, nos unen circunstancias, como un voluntariado, que crean unos lazos profundos. Es como cuando de niña ibas de campamento y todo lo que vivías esos días era tan intenso, tan puro y tan “mágico” que lo recuerdas toda la vida. Pues lo mismo ha ocurrido ahora. Hemos creado un vínculo que espero que no se rompa.

Estos días he hecho nuevos amigos, estos días he aprendido mucho de mi forma de ser y de muchas personalidades distintas que me han rodeado, de distintas edades, de distintos estratos sociales, de distintas creencias.

Estos días hemos reído, hemos sufrido, hemos flipado: en serio, un consejo para algunos hoteles de temporada, quizás sería positivo para el personal de algunos hoteles tener a un psicólogo en plantilla, hay gente muy curiosa y no hay que olvidar que trabajan cara al público ejemplos: el camarero que se “enamoró” de voluntarios y niños y se pegó a nosotros en algunas actividades (cuando libraba del trabajo); el camarero salido de la película “El Resplandor” (así lo bautizó mi amigo Gus) porque entre la manera de hablar, el peinado y la actitud… no tenía desperdicio; el camarero que se ponía una caja en la cabeza con dos agujeros por ojos mientras trabajaba y mientras reprendíamos a los chavales por algo él aparecía haciendo el mono con la caja en la cabeza…

Estos días perduraran en mi memoria mientras la mente me lo permita.

Estos chavales perduraran en mi corazón para siempre.

Este equipo de voluntarios, médicos y enfermeras perduraran en mi vida.

Volví, agotada pero feliz y aturullada pero completa a la calma de mi hogar pero con tantas risas, cantos, conversaciones y enseñanzas dentro de mi ser que el silencio era ajeno a mí. En mi interior ahora habitan miles de sonidos alegres.

Gracias.

OJALÁ NUESTRA VIDA PUDIERA PASAR POR UN TREN DE LAVADO

Como esta semana pasará al recuerdo como “bastante asquerosa” mi coche no ha tenido nada mejor que hacer que poner su granito de arena para que se torne del todo inolvidable.

Hoy he ido a buscarlo al lugar donde lo tengo aparcado, ha estado un mes debajo de un árbol que ha soltado toda la porquería vegetal que podría haber soltado. Muy guay el aspecto que tenía, os lo aseguro.

Suerte que he sido previsora y me he llevado un trapo y una garrafa de 5 litros de agua, porque imaginaba que tendría mugre, pero no que le habría vomitado un orco. El caso es que le quito, levemente, la porquería que tenía en el cristal para poder llevarlo al tren de lavado y no matarme en la Meridiana. Cuando he llegado al tren de lavado el hombre ha FLIPADO, sus ojos lo han delatado, la conversación ha ido tal que así:

Yo: (bajo la ventanilla) Buenas, como puede ver el coche está bastante sucio.

Encargado: Si, si, ya lo veo.

Yo: Además es la primera vez que traigo el coche al tren de lavado, soy novata.

Encargado: Tranquila mujer, yo te indico. Le haremos un lavado completo.

Cuando ya le han dado él y un chico con cepillos y jabón a mansalva y me toca entrar en el túnel, me dice:

Encargado: Vas a pasar dos veces. Sólo te cobraremos una, porque si no, no saldrá toda la porquería.

Bajo la ventanilla y me adentro en el fascinante universo del túnel. Cuando éramos pequeños, mi hermano y yo acompañábamos a mi padre a lavar el coche. Él siempre se quedaba fuera, no le gusta estar en lugares cerrados, mi hermano y yo nos quedábamos dentro. La primera vez mi hermano se asustó un montón, las siguientes veces le fascinó. Para nosotros era una experiencia semejante a ir al parque de atracciones, el ruido, el jabón, el agua, el secador, los tornos…. Hoy mientras he pasado dos veces por el túnel he recordado todas esas veces y he pensado como experimentaran este suceso los niños de hoy en día, ¿les parecerá igual de interesante o les parecerá una estupidez descomunal porque no tienen un mando de la Wii para “creer” que es una experiencia?

El caso es que cuando salgo del túnel por segunda vez y el chico, que intuyo era el hijo del encargado porque era clavado a él, me dice que puedo poner primera ha sido cuando el coche ha dicho NO. No ha habido narices a que se pusiera en marcha. Lo único que me preocupaba era que detrás de mí iba otro coche que en breve acabaría su lavado y tendría que salir. Entonces llama a su padre y empujan el coche un poco (espacio, lo que se dice espacio no había mucho allí) lo intento arrancar y no hay manera.

Empujándolo ellos y yo maniobrando como puedo, salimos a la calle y el encargado empieza a mirar qué le ocurre. El hombre no pierde la calma en ningún momento, yo súper preocupada porque sólo son dos y a las 14h muchos hombres deciden ir a lavar sus coches, yo pensaba que no habría casi nadie pero por lo visto pienso como un hombre.

Al final el encargado ha encontrado la causa, como mi coche es gasolina, cuando se hace el lavado completo se lavan los bajos y dos lavados han sido demasiados para él y ha empapado las bujías, les ha echado aceite y el coche ha vuelto a funcionar. Cuando le he querido dar dinero por todas las molestias que he ocasionado no lo ha aceptado bajo ningún concepto. Supongo que os imaginaréis que ahora profeso amor eterno a este tren de lavado, a su encargado y a su honradez y diligencia.

Al salir de allí “sólo” he tardado 45 minutos en encontrar aparcamiento. Hacía como un año que no aparcaba de lado y lo he hecho fenomenal. ¡Por suerte! Porque menudo día.

Y lo mejor de todo es que en breve se pondrá a llover.